¿Disciplina o juicio de Dios?
- Fecha de publicación: Jueves, 07 Febrero 2013, 04:42 horas
- Publicado en Profecías /
- Visitado 15536 veces /
- Tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente /
- Imprimir /
Desde que comenzara el año 2011, la serie de desastres, tanto naturales, como esos productos del hombre, parecen no detenerse. Primero fue el estallido de las revoluciones a todo lo ancho del Medio Oriente.
Luego vino el gigantesco terremoto en Japón, el subsecuente tsunami, la terrible situación de sus reactores nucleares, y finalmente una serie de tornados asesinos en el territorio de Estados Unidos.
Muchos han preguntado ya a través de Respuesta Bíblica, cuáles son las implicaciones proféticas de estos eventos, y les hemos dicho que no hay necesidad de hablar mucho de esto, porque ya lo hemos hecho por años, advirtiendo que la Biblia indica claramente que en los últimos días habrá guerras entre las naciones, rebelión en medio de ellas y señales de varias clases. Tal como declaró el Señor Jesucristo en Mateo 24:7, 8: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”.
Estamos siendo testigos del cumplimiento de la profecía ante nuestros propios ojos. El Señor está próximo a regresar y Dios Padre está proclamando ese hecho por medio de señales de los tiempos que están profetizadas en su Palabra. Fue el propio Jesús quien dijo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mt. 24:42-44).
Por esta razón, muchos creen que no hay nada que podamos hacer para tener una idea respecto al tiempo de su retorno, pero Pablo dejó bien claro en 1 Tesalonicenses 5:1-6, que esto no concierne a los cristianos, ya que dijo: “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”.
Pablo se estaba refiriendo a la luz del Espíritu Santo que mora en los creyentes verdaderos y quienes son iluminados por medio del estudio de las Escrituras a fin de conocer los tiempos y las ocasiones del Señor. Como dice 1 Juan 2:27: “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él”.
De hecho, el propio carácter de Dios lo obliga a advertirle a su pueblo del retorno inminente de su Hijo, porque tal como dice Apocalipsis 19:11 al 16, Jesús regresará airado para juzgar a las naciones, y Dios nunca derrama su ira sobre la humanidad sin una advertencia. Además, no quiere “...que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”(2 P. 3:9b).
Por consiguiente, Él siempre da advertencias antes de ejecutar su ira. Lo hizo con el mundo antediluviano por medio de Noé durante 120 años. Y advirtió a los habitantes de Sodoma y Gomorra por medio de Abraham. Envió a Jonás par alertar a la ciudad pagana de Nínive y a Nahum a la misma ciudad 150 años después.
El Creador asimismo está advirtiéndole a la humanidad en estos últimos días, que su Hijo está próximo a regresar y está instándola al arrepentimiento. El mensaje de esta hora para los no regenerados podríamos resumirlo con estas palabras: «Huyan de la ira que se avecina y refúgiense de inmediato en los brazos amantes de Jesús». El Señor Jesucristo vino la primera vez como una expresión del amor de Dios. Llegó para morir por los pecados de la humanidad, pero cuando regrese, vendrá a derramar su ira divina sobre esos que rechazaron el amor y la gracia del Padre.
El pronto retorno de Jesús también porta un mensaje para los creyentes, para que los cristianos tibios y carnales sometan sus vidas en santidad, tal como dijo Pablo: “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Ro. 13:12-14).
El método de advertencia de Dios
Dios está alertando a los creyentes del pronto retorno de su Hijo, por medio de “señales de los tiempos”. A lo que debemos estar atentos, es a esas profecías concernientes a eventos mundiales que identificarán el tiempo y las ocasiones del retorno del Señor.
La Biblia está colmada de estas señales. Hay cerca de 500 profecías en el Antiguo Testamento relacionadas con la segunda venida del Mesías. En el Nuevo Testamento, uno de cada 25 versículos tiene que ver con su retorno. De hecho, son tantas las señales que es difícil captarlas todas. La mejor forma es clasificarlas en categorías. En otros artículos, nos hemos referido ampliamente a este tema, por el momento sólo nos limitaremos a mencionar brevemente las señales más importantes:
- Señales de la naturaleza - Como terremotos, hambres, pestes y señales en los cielos, tal como dice Mateo 24:7 y Lucas 21:11.
- Señales de la sociedad - El Señor Jesús dijo que cuando se acercara el tiempo de su retorno, la sociedad se tornaría cada vez más anárquica e inmoral. De hecho en Mateo 24:12, 37-39 declaró, que esos días serían tan diabólicos como los de Noé.
- Las señales espirituales - De esto hay señales espirituales tanto positivas como negativas a las que debemos estar atentos. En Mateo 24:5, 11, 24, el Señor dijo que las negativas incluyen la aparición de Cristos falsos y sus sectas, la apostasía de la iglesia profesante, y la propagación del satanismo. Y en Mateo 24:9 habló sobre la persecución de los cristianos.
En Mateo 24:14, el Señor Jesucristo dijo, que las señales espirituales positivas incluirían la proclamación del evangelio en el mundo entero. Además de la iluminación espiritual para entender profecías que habían estado selladas hasta los tiempos finales, como dice Daniel 12:9: “Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin”.
- Las señales de la tecnología - El libro de Daniel dice: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Dn. 12:4). Esto implica que habrá una explosión de conocimiento. Hay muchísimas profecías que no tendrían explicación alguna si no fuese por la tecnología moderna, tal como la de Apocalipsis 11:8, 9, que habla de los dos testigos que son asesinados: “Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados”. La televisión moderna, el satélite e internet harán esto posible. Asimismo el cumplimiento de muchísimas otras profecías.
- Las señales de la política mundial - La Biblia profetiza que habrá cierto patrón en la política del mundo que caracterizará el mapa geopolítico de los tiempos finales.
- Las señales de Israel - Estas señales relacionadas al estado de Israel son prolíficas y muy importantes.
La reprensión del Señor
Pero el Señor no sólo advierte, sino que también reprende y castiga. En los capítulos 7 al 9 del libro de Éxodo está registrado cómo castigó a Egipto antiguo con plagas, hasta que el Faraón finalmente estuvo dispuesto a dejar partir a Israel.
Antes de que ocuparan la tierra prometida, Dios advirtió a los hijos de Israel por medio de Moisés, que si no eran fieles a Él, los afligiría con desastres naturales como sequías y hambre. En el libro de Joel está registrada la invasión de langostas que le envió a los judíos como señal para que se arrepintieran. De la misma manera, la Escritura nos dice en el libro de Hageo, que cuando los judíos ignoraron que debían reconstruir el templo después de regresar del cautiverio en Babilonia, el Señor envió sequía, granizo y añublo (una plaga contra los cultivos), hasta que se volvieron a Él en arrepentimiento.
El día en que el Señor Jesucristo fue crucificado, este evento estuvo acompañado por un gran terremoto y tinieblas: “Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena... Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron” (Mt. 27:45, 51).
Igualmente dice la Escritura que cuando Jesús retorne, la tierra se verá afligida con granizo de gran tamaño y experimentará los terremotos más grandes de la historia, haciendo que todo monte e isla se mueva de su lugar, como leemos en Apocalipsis 16:20, 21: “Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande”.
De la misma manera la Biblia enseña que las guerras y los disturbios civiles son a menudo castigos de Dios por rebelión en su contra.
Uno de los grandes ejemplos de esta verdad la encontramos en el libro de Habacuc. El profeta se había cansado de tanto instar a las personas al arrepentimiento, de tal manera que comenzó a clamarle a Dios para que vindicara su mensaje y le impusiera a la nación alguna especie de disciplina. Él respondió diciéndole que enviaría a los babilonios para que atacaran al país. El profeta quedó asombrado con la noticia. Su contestación fue hacerle ver, que aunque Israel era malo, no era tanto como los babilonios. Y la respuesta del Señor fue la misma que ha dado a lo largo de la historia, a cualquiera que lo cuestione: “...Mas el justo por su fe vivirá” (Hab. 2:4b). En otras palabras, lo que quiso decirle fue: «Deja de cuestionarme y comienza a confiar en mí».
Los eventos caóticos que están sucediendo en el mundo hoy, están designados para motivar a las personas al arrepentimiento, a fin de que estén listas para el retorno del Mesías de Dios, tal como lo declaró el profeta: “...Porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia” (Is. 26:9b).
Causas por las que somos disciplinados
Tal como dijéramos en un principio, los medios noticiosos han informado sobre la increíble cantidad de tornados que han devastado el territorio de Estados Unidos durante el mes de abril del año 2011 y han causado más de 350 muertos. Brian Williams, presentador del programa de televisión NBC’s Nightly News, le sugirió el 29 de abril del año 2011 a Greg Forbes, el experto del Weather Channel (El Canal de televisión del Tiempo), que tal vez esto era causado «por algo que habíamos hecho».
Las personas en general se hacen la misma pregunta: «¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Será castigo por algo que hemos hecho? ¿Qué pasa? Porque parece que las únicas noticias que tenemos son tragedias terribles relacionadas con el clima».
Ese pensamiento impacta, porque hace sólo unas décadas, los presentadores de televisión en Estados Unidos, habrían considerado todas estas tragedias como “actos de Dios”, en lugar de acciones de los hombres.
En la actualidad hay muchos creyentes que están diciendo que Estados Unidos está pasando por un juicio debido a la forma cómo está tratando a Israel. Pero tal vez ese no sea exactamente el caso, porque la sentencia sólo se impone después que se dicta la condena. Lo que Estados Unidos está experimentando es corrección, y sobre esto hay una gran diferencia.
El Señor dijo con relación a Israel: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3).
Este principio de Génesis 12:3 todavía está vigente y alude a Abraham, Isaac, Jacob y sus descendientes judíos de hoy. Según la profecía dada en Ezequiel 36:22-24, 37:11 y 12; Isaías 11:11, y otras más que hablan de la restauración del estado judío, es claro que el Israel de hoy existe como cumplimiento de la profecía bíblica. Éstas, junto con una variedad de profecías, no sólo anticipan las metas de Dios para los días finales por medio de Israel, sino que dan advertencias en contra de cualquiera que se oponga a los planes de Dios para su pueblo.
Jehová nos dice en Deuteronomio 32:10 y Zacarías 2:8, que Israel es “…la niña de su ojo”. Y tal parece que en estos últimos días, cualquier acción nacional en contra de este país, es seguida por una reacción de parte de Dios en contra del perpetrador. Todo parece indicar que existe una correlación entre los desastres naturales que están ocurriendo en Estados Unidos y su política exterior en relación con Israel.
El autor cristiano William R. Koenig, corresponsal ante la Casa Blanca de la agencia de noticias conservadoras World Watch Daily, publicó un libro en inglés considerado como un best-seller que se titula: Eye to Eye: Facing the consequences of dividing Israel (Enfrentando las consecuencias de dividir a Israel), y John P. McTerman, otro libro titulado: As America as done to Israel (Tal como Estados Unidos le ha hecho a Israel). En ambos libros, los autores citan cientos de hechos que demuestran esto, que cada vez que los líderes de algunas naciones, pero particularmente de Estados Unidos, han actuado mal contra Israel, han recibido una retribución. A continuación, citaremos sólo unos pocos ejemplos:
El 22 de mayo de 1989, el entonces secretario de estado James Baker le dijo a una audiencia del Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí (más conocido por sus siglas en inglés AIPAC), que Israel tenía que abandonar su política expansionista. Esto fue como una señal de que los años en favor de Israel (del presidente Reagan) habían concluido, ya que aunque el señor Ronald Reagan cometió errores como todos los seres humanos, era un creyente fiel que amaba a Israel y sabía cuál es el papel que ocupa en el plan de Dios.
En 1991 el gobierno de España permitió que su país fuera la sede de lo que se convirtió en una serie de conferencias internacionales, cuya meta era forzar el comienzo de las negociaciones entre Israel y los palestinos, exigiéndole a Israel que cambiara el territorio por paz.
Sofocado con la victoria después de la Guerra del Golfo, el 6 de marzo de 1991, el presidente George Bush, padre, se dirigió al congreso promulgando su visión para lograr un pacto entre árabes e israelíes, basado en el principio de intercambiar el territorio por paz y en “cumplir con los derechos de los palestinos”.
Como primer paso, el presidente anunció su intención de convocar la conferencia internacional de paz en España. Durante la reunión en Madrid, un huracán que se desplazaba en una forma extraña en dirección noreste hacia el suroeste, destruyó la casa del señor Bush en Kennebunkport, Maine.
La que fuera denominada «La tormenta perfecta», provocó olas hasta de diez metros de alto, tal como la que chocó contra la puerta de la residencia del presidente al tocar tierra, pero evidentemente él no captó el mensaje.
Al año siguiente, Bush volvió a convocar la Conferencia de Paz que se celebrara en Madrid, en esta ocasión en Washington DC. El primer día de este evento, el huracán Andrew impactó la costa de Florida con categoría cinco, convirtiéndose en ese tiempo, en el desastre natural que causara más daños materiales en la historia de Estados Unidos.
En enero de 1994, cuando el presidente Bill Clinton se reunió con el presidente sirio Hafez al Assad en Ginebra, para discutir las formas cómo obligar a Israel para que entregara las Alturas de Golán, el terremoto de Northridge estremeció el territorio de Los Angeles, en California, y se ganó el título del segundo peor desastre natural, después del huracán Andrew.
En marzo de 1997 mientras Yasser Arafat llegaba a Estados Unidos como un huésped oficial de la Casa Blanca, una serie de tornados devastaron a Texas, Arkansas, Mississippi, Kentucky y Tennessee.
Mientras este hombre se encontraba en el territorio norteamericano, Dakota del norte y Dakota del sur, sufrieron lo que se apodó entonces como «una inundación de quinientos años». Las tormentas sólo cesaron cuando Arafat abandonó el país.
Después de eso, las relaciones entre la administración Clinton y el gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel se deterioraron.
El 21 de enero de 1998, el primer ministro israelí Netanyahu se reunió con el presidente Clinton tarde por la noche, en una reunión no programada en la Casa Blanca para discutir el estancado proceso de paz israelí-palestino.
La reunión fue considerada tan improductiva, que el señor Clinton y la secretaria de estado Madeline Albright se rehusaron a comer con él. Más tarde, ese mismo día, Matt Drudge, el locutor, escritor y periodista conservador, editor del Drudge Report, puso al descubierto el escándalo sexual del señor Clinton con Mónica Lewinsky.
En septiembre del mismo año, la secretaria Albright reveló los detalles de un acuerdo forzando a Israel a entregar 13% del territorio de Gaza. Ese fue el mismo día que el huracán Georges azotó la Costa del Golfo en donde permaneció estacionado por varios días después de impactar el territorio.
Al día siguiente, mientras Arafat amenazaba a las Naciones Unidas con declarar unilateralmente a Palestina como un estado, el huracán Georges continuó azotando la costa, causando finalmente más de mil millones de dólares en pérdidas y daños.
En el momento exacto que Arafat abandonó el país, el huracán Georges comenzó a declinar.
En octubre, Arafat, Clinton y Netanyahu se reunieron en Wye River Plantation, en Maryland para sostener cinco días de conversaciones. El día que llegaron a Maryland, comenzó a llover en Texas. Cinco días después, las lluvias cesaron cuando Arafat se dirigía a su casa.
Luego de cinco días de inundaciones, Texas sufrió una pérdida de más de mil millones de dólares por los daños, haciendo que Clinton se apresurara a declarar el territorio un área de desastre.
El 3 de mayo de 1999, mientras Arafat estaba programando para proclamar al estado Palestino, el tornado más poderoso hasta entonces azotó a Estados Unidos, y arrasó partes de Oklahoma y Kansas con vientos hasta de 510 kilómetros por hora.
En agosto del año 2005, el primer ministro israelí Ariel Sharon ordenó la evacuación forzada de los pobladores judíos de la Franja de Gaza, a fin de satisfacer las demandas territoriales respaldadas por Estados Unidos. Una semana después de la evacuación de Gaza, el huracán Katrina impactó la Costa del Golfo de Estados Unidos.
En enero de 2009, George Mitchell, el enviado especial estadounidense para la paz en Medio Oriente, amenazó a Israel con retirarle la ayuda financiera, si no daba los pasos pertinentes para solucionar el problema de la creación de los dos estados.
Cinco horas después, un terremoto de magnitud 6,5, en la escala de Richter, estremeció a Eureka, California.
En junio del año 2009, la secretaria de estado Hillary Clinton sostuvo un debate público con el primer ministro israelí de Relaciones Exteriores Avigdor Liebermann, en el cual declaró que «las colonias judías en Jerusalén eran algo ilegal». Sólo unas horas después apareció ante una conferencia de prensa con su brazo en un cabestrillo. Sufrió una seria fractura en el codo que requería cirugía, después de haberse caído de forma inexplicable mientras caminaba en dirección a la Casa Blanca.
El 3 de abril del año 2008, el presidente israelí Shimon Peres fue tratado de la forma más descortés y grosera que cualquiera pueda imaginarse en la Casa Blanca, durante su visita destinada a mejorar las relaciones entre Israel y Estados Unidos.
En un cambio sin precedentes, la administración del señor Barack Obama usó a las Naciones Unidas para que vetara a Israel si no cumplía con los incentivos de Estados Unidos hacia la paz en Medio Oriente. Casi de inmediato, en abril del año 2010 se detectó un gran derrame de petróleo en el golfo, considerado como el mayor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos.
Durante un mes de abril típico, tienen lugar en Estados Unidos un promedio de cien tornados. El mayor número jamás registrado en este mismo mes, fue en el año 1974 que tuvieron lugar 267. Sin embargo, para el 28 de abril por la mañana del año 2011, en ese solo mes habían tenido lugar 921.
El peor año para tornados fue el 2004, con un total de 1.817, pero sólo hasta mayo del año 2011, han tenido lugar ya 1.113. El Servicio Nacional Meteorológico de Estados Unidos, estimó que en abril tuvieron lugar 266 tornados en sólo un período de 24 horas, lo cual constituye un registro sin precedentes en la historia de esta nación. Existen discrepancias respecto al número de víctimas ocasionadas por estos tornados, algunas agencias de noticias dicen que suman mucho más de 400, mientras que las pérdidas materiales ascienden a miles de millones de dólares.
¿Y qué con respecto a Japón?
Creo que es necesario hablar un poco de este gran país, azotado por la gran tragedia que vive, y lamentarnos por la pérdida tan grande de vidas y por los daños materiales que ascienden a miles de millones de dólares.
La tragedia ocurrida en Japón es considerada como la peor catástrofe desde el fin de la II Guerra Mundial. Naoto Kan, primer ministro de ese país, dijo ante los medios noticiosos: «Esta es la peor crisis en Japón desde que concluyó la II Guerra Mundial hace 65 años».
Un terremoto de nueve grados en la escala de Richter estremeció a Japón el viernes 11 de marzo del año 2011, mientras que un posterior tsunami azotó sus costas con olas de diez metros y se propagó por aguas del Pacífico hasta el continente americano, seguido por la fuga de radiación de al menos tres centrales nucleares, en Fukushima, Onagawa y Tokai.
Estimados conservadores calculan la cifra de muertos por el terremoto en 18.000, los desaparecidos en más de 10.000 y los heridos en más de 20.000, mientras que las pérdidas materiales ascienden a miles de millones de dólares.
El efecto de este movimiento telúrico fue tan grande, que según aseguró un estudio preliminar del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, después de esta terrible sacudida el eje de la tierra se movió diez centímetros. Asimismo la agencia de noticias CNN informó que la Autoridad Geoespacial de Información confirmó, que la isla de Japón se desplazó dos metros, cuarenta centímetros de su lugar original.
Estudiosos en profecía, tal como Bill Salus, maestro y autor del éxito de ventas Israelestina creen que en el caso de Japón, es posible que el paganismo que plaga esa región, unido con los ataques continuados de los dirigentes de esa nación contra Israel, se hubiera convertido en una espina en el costado del Creador.
Todos hemos escuchado la advertencia: «No es bueno patear a una persona cuando está caída en el suelo», pero cuando se trata de los judíos, los japoneses se han mantenido pateándolos una y otra vez. Desde la II Guerra Mundial, la sangre de los judíos ha manchado las manos de los japoneses, cuando se unieron a Alemania como parte de la «Alianza del eje». Este error de cálculo terrible de parte de ellos, ¡los hizo merecedores de ser la primera y única nación en el mundo en ser bombardeada con la bomba atómica!
Un estudio cuidadoso de la II Guerra Mundial y de los sucesos ocurridos durante el Holocausto revela, que para el tiempo en que Japón bombardeó a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, ya se había determinado la “Solución Final” de Hitler en favor del genocidio de los judíos, se habían establecido los guetos y se habían masacrado ya a decenas de miles de judíos. Y es obvio que Japón como aliado de Alemania fue parte de todo esto.
En septiembre de 1941, en una sola operación, un estimado de 33.771 judíos fueron asesinados por los nazis en Ucrania, como parte de las masacres de «Babi Yar».Babi Yar es un barranco ubicado en las afueras de Kiev, capital de Ucrania, que fue utilizado por los nazis para perpetrar una serie de masacres durante la II Guerra Mundial.
La primera y mejor documentada de las matanzas ocurrió entre el 29 y el 30 de septiembre de 1941, y fue como ya dijéramos, la de los 33.771 judíos, pero se estima que en Babi Yar fueron ejecutadas en total, entre 100.000 a 150.000 personas y aunque no todos eran judíos, sí la gran mayoría. Entre las víctimas, también había prisioneros de guerra soviéticos, partisanos, nacionalistas ucranianos, gitanos y comunistas.
Japón es una nación sumida en el paganismo, y está fuera de contacto con los preceptos bíblicos y la política exterior divina. En lugar de entender que el corazón del hombre es perverso y que necesita un salvador, el sintoísmo y el budismo, las religiones predominantes en Japón enseñan, que el corazón del hombre es intrínsecamente bueno y en camino hacia la divinidad.
El sintoísmo se convirtió en la religión del estado durante el período Meiji entre 1868 y 1912. Durante ese tiempo sus sacerdotes se convirtieron en oficiales del estado, sus santuarios en edificios de gobierno, y la constitución que promovía el culto del emperador fue ratificada. El sintoísmo es una religión politeísta, ausente de absolutos. Es tan antigua como el propio Japón.
Compendia todo lo que la Biblia advierte en Romanos 1:18-23 donde dice: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”.
La falla de ellos, es reconocer que la creación tiene un Creador. Los dioses del sintoísmo son llamados kami. Son espíritus sagrados que adoptan la forma de cosas y conceptos importantes para la vida, tales como el viento, la lluvia, las montañas, los árboles, los ríos y la fertilidad. Según ellos, los seres humanos se convierten en kami después que mueren y son reverenciados por sus familias como un kami ancestral.
De manera interesante, a la conclusión de la II Guerra Mundial, un grupo selecto de pilotos de combate japoneses llamados los kamikazes, emprendieron misiones de vuelo suicidas en contra de los barcos de guerra norteamericanos estacionados en el océano Pacífico. «Kamikaze» es la traducción de «viento divino». Kami es la palabra para «dios», «espíritu» o «divinidad» y kaze para «viento». En ese tiempo los japoneses estaban fuertemente influenciados por el sintoísmo y la adoración del emperador. Como evidencia adicional de cuán arraigada estaba su religión en la sociedad, estos precursores de los suicidas musulmanes hoy, que se atan bombas en el cuerpo y explotan para matar a otros, creían que era obligación religiosa de ellos morir por esta causa.
Dice Sofonías 2:11: “Terrible será Jehová contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y desde sus lugares se inclinarán a él todas las tierras de las naciones”. Este versículo asegura que un día el Dios de la Biblia reducirá a nada a todos los dioses de la tierra, lo cual incluye a Alá, los kamis y todas las deidades falsas.
Tal parece que para Japón, este proceso decadente comenzó como una secuela de la II Guerra Mundial. El 3 de mayo de 1947, justo cinco meses antes que se adoptara el Plan de Partición de las Naciones Unidas que abogaba por la creación del estado judío, Japón promulgó una nueva constitución que reemplazó a la antigua de Meiji en 1889, y en ese momento debió de haberle puesto fin al sintoísmo.
Desafortunadamente, no lo hicieron, ni han aprendido de los errores que cometieron entonces. El señor Salus y muchos otros eruditos respetables creen, que el terremoto y el devastador tsunami del 11 de marzo del año 2011, debe ser para los japoneses un recordatorio aleccionador de que el Dios de Israel está hablándoles directamente.
Unas horas antes del terrible terremoto de nueve grados, Takeaki Matsumoto, ministro de Asuntos Exteriores de Japón, pronunció una serie de comentarios agresivos en contra de Israel. Bill Koenig, el autor del éxito de ventas Enfrentando las consecuencias de dividir a Israel, mantiene un registro minucioso de los desastres naturales, económicos y geopolíticos, para verificar si sobre ellos están las huellas de Dios. Lo hace para demostrar que la política divina explicada clara y detalladamente hace cuatro mil años en Génesis 12:3, todavía está vigente en este día.
De acuerdo con esta excepcional cronología de Koenig las acciones anti-israelíes y en favor de Palestina y de Japón, fueron evidentes en estas fechas:
1. Enero 11, 2011
2. Febrero 8, 2011
3. Febrero 10, 2011
4. Marzo 8, 2011
5. Marzo 9, 2011, y
6. Marzo 11, 2011
Si esta hipótesis es correcta, entonces la humanidad podría estar próxima a ser testigo de algo proféticamente increíble en el Medio Oriente. La profecía de Génesis 12:3a, en la que Dios declara: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré...”, parece estar en un proceso de aceleramiento. Es como si las declaraciones recientes de los funcionarios del gobierno japonés hubieran apresurado la respuesta de parte de Dios, en cumplimiento de esta profecía. Debido a los desastres ocurridos en marzo del año 2011, los japoneses se han visto forzados a dejar de estarse inmiscuyendo, al menos temporalmente, en los asuntos del Medio Oriente, para atender sus propios problemas.
Los disturbios que han plagado el mundo árabe, junto con la ruptura de las conversaciones de paz en Medio Oriente a finales del año 2010, han colocado a Israel en una posición nada envidiable de aislamiento e inseguridad. Ninguna nación sobre la tierra, ni siquiera Estados Unidos, tal como lo evidencia la estadística que hemos presentado, parece estar exenta de la regla divina trazada en Génesis 12:3, especialmente esos cuyas manos están empapadas con sangre judía.
En la actualidad, la situación en Japón es crítica. Y tal como dijo el primer ministro japonés, su país está enfrentando la peor crisis desde la II Guerra Mundial. Y la pregunta que surge es: ¿Será acaso esto un recordatorio de que Dios es el protector de Israel, y que cualquiera que toque “la niña de su ojo”, mejor es que esté preparado para enfrentar las consecuencias de sus acciones?
En vista que las profecías de la Biblia advierten que los terremotos serán una cosa común en los últimos tiempos, y en vista del reciente episodio ocurrido en Japón, debemos muy bien considerar la posibilidad de que Dios bien puede estar usándolos para demostrar la realidad de Génesis 12:3. Tal parece que el mejor mensaje para las naciones es que si quieren estar a salvo, comiencen a bendecir a Israel.
En cuanto a los cristianos en Estados Unidos, tengan bien presente estas palabras: “Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos” (He. 12:5-8).
El castigo implica la necesidad de aplicar acción correctiva y si la corrección no funciona, entonces lo que sigue es el juicio. Dice el Señor: “Volveos a mi reprensión; he aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras. Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis” (Pr. 1:23-25).