Dr. Walter Lewis Wilson
- Fecha de publicación: Lunes, 23 Marzo 2020, 03:26 horas
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“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:1–2).
Walter L. Wilson nació en 1881 en Aurora, Indiana. Después de que su madre murió al año siguiente, vivió con su abuela. Confió en el Señor Jesucristo como su Salvador, cuando era un adolescente, pero para seleccionar el trabajo de su vida estuvo considerando metódicamente 45 oficios y profesiones potenciales. Con oración, finalmente la lista se redujo, y por fin se decidió por la medicina. Recibió su doctorado en la Universidad de Kansas y realizó su práctica en Webb City, Missouri. Mientras asistía a la escuela de medicina, trabajaba parcialmente en el negocio de fabricación de tiendas de campaña, propiedad del padre de su esposa, y no tenía intención de regresar al mundo de los negocios después de graduarse, pero la grave enfermedad de su suegro trajo como resultado que durante un cuarto de siglo, Wilson fue médico, tiempo parcial y fabricante de tiendas, tiempo completo.
Uno de sus clientes fue el legendario Buffalo Bill. Durante la Primera Guerra Mundial, ideó un método para camuflar e impermeabilizar las carpas en respuesta a una solicitud urgente de la sede del general Pershing en Francia. Mientras tanto en todos esos años agonizó por sus esfuerzos infructíferos al no poder testificar. Un día en el año 1913, un misionero francés lo visitó en su hogar y le preguntó: “Doctor, ¿quién es el Espíritu Santo para usted?”. Él replicó: “La Tercera Persona de la Trinidad”. Su amigo le respondió: “Ha respondido correctamente mi pregunta”, a lo que Wilson replicó tristemente: “Si, pero Él no es nadie para mí, no tengo ningún contacto con Él, y puedo vivir perfectamente sin Él”.
El año siguiente, el 14 de enero de 1914, escuchó un sermón de James M. Gray, un pastor reformado episcopal, quien posteriormente se convirtió en presidente del Instituto Bíblico Moody. Hablando sobre Romanos 12:1, Gray se inclinó desde el púlpito y dijo: “¿Han notado que este versículo no nos dice a quién debemos entregar nuestros cuerpos? ¡No es al Señor Jesús! Él tiene su propio cuerpo. Tampoco al Padre: Él permanece en Su trono. Pero Otro ha venido a la tierra sin un cuerpo. Dios nos ha dado el indescriptible honor de presentarle nuestros cuerpos al Espíritu Santo, para que sea su lugar de morada aquí en la tierra”.
El doctor Wilson regresó a su hogar y cayó de rodillas con el rostro sobre la alfombra. Allí en la tranquilidad de la media noche, dijo: “Mi Señor, perdóname por haberte tratado como un sirviente. Te anhelo con todo mi corazón, y ahora quiero entregarte este cuerpo desde la cabeza hasta los pies, te entrego mis manos, mis extremidades, mis ojos y labios, mi cerebro. Tú puedes enviarlo a África, o ponerlo sobre una cama con cáncer. Es tu cuerpo a partir de este momento”.
A la mañana siguiente dos señoras llegaron a su oficina vendiendo algo, sin vacilar les habló de Cristo y ambas lo recibieron como su Salvador, ese fue el comienzo de una nueva vida de un evangelismo fructífero. Al igual que el pastor Harry A. Ironside y otros, nunca fue ordenado, pero pudo fundar la Iglesia Central Bíblica en la ciudad de Kansas, convirtiéndose en pastor emérito. Su creciente carga por una escuela para entrenar a jóvenes universitarios llamados a servir a Dios lo llevó a abrir el Instituto Bíblico de la ciudad de Kansas en 1932, llamado ahora Calvary Bible College.
Comenzó un ministerio radial en 1924, convirtiéndose en uno de los pioneros en ese medio. Sus temas incluían temas médicos, así como de ferretería y carpintería. Pero cada mensaje estaba basado en la Palabra de Dios y presentaba un plan claro de salvación. Fue autor de 26 libros, numerosos folletos y otras publicaciones, incluidos artículos médicos y religiosos. Uno de sus libros se convirtió en un best-seller en inglés, se titula El romance de las visitas de un doctor, y dice en su prólogo “Con respecto a mi propia experiencia con el Espíritu Santo, ya que la transformación que tuvo lugar en mi vida el 14 de enero de 1914, fue mucho más grande que el cambio que ocurrió cuando fui salvo el 21 de diciembre de 1896”. Tenía un estilo único, conmovedor y cautivador. Tuvo ocho hijos. En la primavera de 1969, próximo a cumplir los 88 años, el doctor Wilson sufrió un derrame cerebral y murió el 24 de mayo de 1969.
Hermanos, Dios es bueno. Por tanto les rogamos que le entreguen sus cuerpos como un sacrificio puro. Ésta es la mejor forma para servirlo. No seamos como las personas de este mundo, dejemos que Él nos cambie. Entonces podremos hacer Su voluntad.