4. SU PRESERVACIÓN:
• Creemos en la eternidad de la Palabra de Dios. Dios la ha preservado por cientos de años, evitando su destrucción, y así mismo la preservará eternamente. La autoridad, los consejos, las enseñanzas y mandamientos de la Biblia han sido conservados intactos en el tiempo: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 P. 1:23). “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn. 6:68). “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Ap. 14:6).
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mr. 13:31).