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El guardó la fe

         El doctor Rowland Taylor fue el rector anglicano de Hadleigh, Inglaterra alrededor de los años 1500, un ministro, que a diferencia de muchos en su día, de hecho vivía entre las personas a quienes pastoreaba.  Estudió fielmente las Escrituras, deseando cumplir con el mandamiento que le diera el Señor Jesús a Pedro cuando le dijo: “... Apacienta mis corderos... Pastorea mis ovejas”. Cada domingo predicaba la salvación mediante la fe en Cristo, y frecuentemente advirtió a su gente de la corrupción papal.  Cuidaba de los pobres, de los enfermos y de los que estaban solos.  Era un esposo amante y entrenó a sus nueve hijos en las Escrituras.

Pequeña Azogue

         Frances Ridley Havergal nació en 1836 en una familia cristiana en Inglaterra.  Era una niña muy inteligente que leía bien a la edad de tres años y escribía poesía cuando tenía siete.  Memorizaba largos pasajes de la Escritura, aprendió varios idiomas y se convirtió en una excelente pianista.  Su padre le llamaba “Pequeña Azogue”.

Thomas Woodrow Wilson

         Descendiente de pastores presbiterianos por ambos lados de su familia, Thomas Woodrow Wilson nació en Virginia en diciembre de 1856.  Su padre, el doctor Joseph Ruggles Wilson, era pastor y profesor del seminario, y él junto con su esposa se dedicaron completamente a la educación de su hijo, proveyéndole instrucción escolar en el hogar, entrenándolo en la lectura diaria de la Biblia, y criándolo para que viera al mundo desde una perspectiva cristiana.  La guerra civil dominó su infancia, influenciando indudablemente su larga búsqueda por la paz.  Durante el invierno de 1872 a 1873, Wilson experimentó una dramática conversión.

El sacro Imperio Romano

         El papa Juan Doce fue uno de los peores de un largo linaje de vicarios italianos reprobados, mientras que el rey Otto Primero fue uno de los mejores de una prometedora sucesión de fuertes soberanos alemanes.  Cuando sus caminos se cruzaron, el papa Juan Doce coronó a Otto como emperador romano del occidente, el 2 de febrero de 962, y efectivamente firmó su propia garantía de muerte política y el certificado de renacimiento del Sacro Imperio Romano con una grandiosa y ceremoniosa firma.

Una tierra más bella que el día

         James Taylor se despertó antes del amanecer el día de su boda, siendo un hombre sin Dios.  Mientras realizaba su trabajo esa mañana trillando trigo en su granero sumido en sus pensamientos, su corazón estaba siendo extrañamente atraído hacia el cielo.  Las palabras “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová” se repetían una y otra vez en su mente.

Kurt Warner

Kurt Warner creció en un hogar muy pobre en un área rural de Iowa.  Su salvación fue el deporte - un talento natural y un deseo intenso por ser el mejor lo llevó al éxito, la popularidad y la felicidad mientras asistía a la escuela secundaria.  Había dedicado su vida al atletismo, su meta era jugar fútbol americano en la Liga Nacional de Fútbol - NFL.

Un cristiano en la Casa Blanca

         William McKenley Jr., quien habría de convertirse en presidente de Estados Unidos, nació el 29 de enero de 1843.  Creció en medio de una devota familia metodista en Ohio, y confió en Jesús como su Señor y Salvador a la edad de diez años, cuando se acercó al altar durante una reunión evangelística.  Seis años después se hizo miembro de la Iglesia Metodista Episcopal, la denominación en la cual estuvo activo toda su vida.  Su madre anhelaba que se convirtiera en ministro, pero Dios tenía otro designio para él.

Un paso de gran importancia

         Oswald J. Smith creció en Embro, Ontario, una parada en el camino en la vía del ferrocarril Canadian Pacific, en donde su padre era el operador del telégrafo.  En el invierno de 1906, cuando Oswald tenía 16 años, los periódicos de Toronto que traía el tren cada día, registraban la noticia de una gran cruzada evangelística, conducida allí mismo por el doctor R. A. Torrey, con Charles Alexander como el líder de los cantos y solista.  Los mensajes del doctor Torrey eran publicados palabra por palabra cada día en el periódico.  Los artículos narraban como tres mil cuatrocientas personas colmaban el salón cada noche, mientras muchos otros no podían entrar.

La humanidad: ¿Pecadora o inocente al nacer?

   Es fácil ver el atractivo de una doctrina propuesta en el siglo quinto, que declaraba, que cuando Adán cayó, sucumbió solo.  Su pecado fue únicamente suyo, y las consecuencias igualmente sólo para él.  Sus hijos nacieron tan inocentes como el primer amanecer sobre el huerto del Edén, salieron del vientre de Eva con almas puras y con la habilidad dada por Dios, para vivir vidas que agradaran plenamente a su Creador.  Ellos podían decidir si obedecían, o podían seguir el ejemplo descarriado de su padre Adán.  No había nada en su naturaleza que los arrastrara hacia lo último.

Buscando, encontraron

         Isabel Alison creció en Perth, Escocia, donde escuchaba ansiosamente la predicación de Donald Cargill, el líder de los presbiterianos perseguidos, conocidos como “los firmantes del pacto”.  Ella amaba a Jesús y defendía su Evangelio, en un día cuando el rey Carlos Segundo de Inglaterra estaba tratando de destruir a la iglesia presbiteriana de Escocia. 

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