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“Terremotos” - parte del Lenguaje de Dios

  • Fecha de publicación: Viernes, 03 Octubre 2014, 01:02 horas

     Como cristianos bíblicos no podemos ser ciegos ni sordos a lo que ocurre a nuestro alrededor.  El Señor dejó muy en claro cómo sería el mundo y aún la misma iglesia justo antes de la partida de los salvos a Su presencia.

      En este período justo antes del rapto de la Iglesia, Dios está alertando a la humanidad directamente y en muchas formas.  La Biblia menciona en el Antiguo y Nuevo Testamentos, pero particularmente en el Discurso del Monte de los Olivos, en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, la manera cómo Dios le habla al hombre.

En el capítulo 24 de Mateo, Jesús le detalla a sus discípulos que una de las principales indicaciones de la cercanía de los últimos días serían los desastres naturales, lo cual incluye terremotos, fuego, azufre, rayos y granizo.  Dios ha usado los terremotos para hablarle a la humanidad en el pasado y lo hará nuevamente en el futuro.  Está registrado en Hechos 16:26 que Él usó un terremoto para librar a Pablo de la prisión.  Asimismo cuando el Señor Jesucristo murió sobre la cruz, tuvo lugar un gran sismo, y luego, unos días después cuando resucitó sucedió un fuerte movimiento telúrico.  El terremoto fue la forma cómo Dios le habló a la humanidad.  De la misma manera, en Ezequiel 38:19 promete mostrarse a sí mismo, entres otras cosas por medio de un terremoto: “Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel”.

Durante la tribulación, un terremoto tendrá lugar en Jerusalén, tal como está descrito en Apocalipsis 11:13, y más tarde dice Apocalipsis 16:18: “Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra”.

Es obvio entonces que Dios habla en varias formas y que una de ellas es por medio de los terremotos.  La Biblia dice que en los últimos días, los sismos aumentarán exponencialmente, ¡y eso es exactamente lo que está ocurriendo!  Son tantas las catástrofes que han sucedido en este siglo XXI, que tomaría demasiado tiempo enumerarlos todos.  Sólo a manera de información me limitaré a citar algunos de los peores terremotos ocurridos en lo que ha transcurrido de este siglo, con el mayor número de pérdidas de vidas humanas y a la propiedad.
El 13 de enero del 2001, tuvo lugar un sismo de magnitud 7,7 en las costas de El Salvador y provocó gran destrucción.  Ha sido el más fuerte que haya azotado al país después del que tuvo lugar en 1986, y provocó un grave daño humano, económico y social.  La sacudida fue equivalente a la detonación de 160 millones de toneladas de dinamita.

Las pérdidas fueron estimadas así: Total de cifras humanas: 944 muertos, 193 enterrados, 125 desaparecidos, 5.565 heridos, 1.364.160 damnificados, 68.777 evacuados.  Además de pérdidas de vivienda y daños incalculables a la propiedad pública, carreteras, etc.

El terremoto de Bam, de 6,6 grados, al sureste de Irán ocurrido el 26 de diciembre del 2003, destruyó 70% de las estructuras de esta histórica ciudad.  Entre 35.000 a 46.000 personas perdieron la vida; 50.000 resultaron heridas y 80.000 quedaron sin hogar, lo que lo convierte en el peor terremoto de ese país desde 1990.

El terremoto del océano Índico, conocido por la comunidad científica como el terremoto de Sumatra-Andamán, fue un movimiento telúrico submarino que ocurrió el domingo 26 de diciembre del 2004, con epicentro en la costa oeste de Sumatra, Indonesia, y una intensidad de 9 grados en la escala de Richter.  Ocasionó una serie de tsunamis devastadores a lo largo de las costas de la mayoría de los países que bordean el océano Índico, causando la muerte a una gran cantidad de personas, e inundando a su paso un gran número de comunidades costeras a través de casi todo el sur y sureste de Asia, incluyendo partes de Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India y Tailandia.  Aunque las estimaciones iniciales habían determinado el número de muertes en más de 275.000, sin contar a los millares de personas desaparecidas, un análisis más reciente generado por Naciones Unidas dejó a un total de 229.866 pérdidas humanas, incluyendo 186.983 muertos y 42.883 personas desaparecidas.  Ha sido el noveno desastre natural más mortal de la historia moderna.  El desastre es conocido en Asia y en los medios internacionales como el tsunami asiático.

El terremoto que tuvo lugar el 8 de octubre del 2005, en la región de Cachemira entre India y Paquistán, tuvo una magnitud de 7,6 según el Servicio Geológico de Estados Unidos.  Es el terremoto más fuerte que haya experimentado la región en el último siglo.  El sismo afectó a India, Paquistán y Afganistán dejando cerca de 86.000 muertos y más de 106.000 heridos.  Además de 1.400 muertos en India.  Se estima que un mínimo de tres millones de personas perdieron sus hogares, mientras que según la ONU, un total de cuatro millones de habitantes fueron afectados.

El 15 de agosto del 2007 se sucedió un terremoto en las costas del centro del Perú.  Fue uno de los movimientos telúricos más violentos ocurridos allí en los últimos años; el más poderoso en cuanto a intensidad y a duración, pero no el más catastrófico.  El siniestro, que tuvo una magnitud de 8 grados en la escala de Richter, dejó 595 muertos, casi 2.291 heridos, 76.000 viviendas totalmente destruidas e inhabitables y 431.000 personas resultaron afectadas.  Su magnitud destructiva también causó grandes daños a la infraestructura que proporciona los servicios básicos a la población, tales como agua, saneamiento, educación, salud y comunicaciones.
El terremoto de L’Aquila, Italia, el 6 de abril del 2009, fue un sismo de 6,7 grados en la escala de Richter.  Dejó 308 muertos, 1.500 heridos y unas 50.000 personas perdieron sus casas a causa de la destrucción total o parcial de miles de edificaciones.

El terremoto de Haití registrado el 12 de enero del 2010, tuvo una magnitud de 7 grados.  Los efectos sobre este país, el más pobre de América Latina, fueron devastadores.  Los cadáveres recuperados sumaron 316.000; 350.000 personas quedaron heridas, y más de un millón y medio se quedaron sin hogar.  Se considera una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.

El terremoto en Gujarat, India, de una magnitud de 7,7 grados en la escala de Richter, ocurrido el 26 de enero del 2011, causó 19.727 muertes y 167.000 heridos.  Destruyó unas 400.000 viviendas, y dejó a 600.000 sin hogar.  El daño total a la propiedad se estimó en 5.500 millones de dólares.

El terremoto ocurrido el 11 de marzo del 2011, en Tohoku tuvo una magnitud de 9 grados e impactó la costa de Japón, provocando un tsunami con olas que alcanzaron 40,5 metros de altura.  La magnitud de 9 grados lo convirtió en el terremoto más potente sufrido por ese país hasta la fecha, así como en el quinto más potente del mundo de todos los terremotos medidos hasta ese día.  La Agencia Nacional de la Policía Japonesa reportó 18.400 muertes confirmadas, 2.778 heridos y alrededor de 17.339 personas desaparecidas.  Las pérdidas materiales fueron incalculables, se estiman entre 14.500 millones a 34.600 millones de dólares.  Pero de acuerdo con el Banco Mundial, los estimados pueden ascender hasta los 235.000 millones.

Horas después del terremoto y su posterior tsunami, el volcán Karangetang en las Islas Célebes, en Indonesia, entró en erupción.  La NASA con ayuda de imágenes satelitales ha podido comprobar que el movimiento telúrico pudo haber movido la isla japonesa aproximadamente 2,4 metros y alteró el eje terrestre en aproximadamente 10 centímetros.  Incluso, según los estudios realizados por el Laboratorio de Propulsión de la NASA, la violencia del terremoto acortó la duración de los días en 1,8 microsegundos.

En el mes de octubre del 2013 ocurrió un sismo de 7,1 grados, cerca del camino que sigue el tifón que impactó a Filipinas el 7 de noviembre del 2013.  De acuerdo con las autoridades, el terremoto mató a por lo menos 222 personas, hirió a unas mil y desplazó cerca de 350.000.

El terremoto en Vanuatu, ocurrido en la madrugada del 2 de enero del 2014 sobre dicha república oceánica, fue un movimiento sísmico de 6,6 grados en la escala de Richter que causó grandes pérdidas económicas.
El terremoto de Iquique, Chile, el 1 de abril del 2014, impactó la costa chilena con una magnitud de 8,2 grados en la escala de Ritcher.  El movimiento estuvo seguido por una serie de réplicas.  Cuatro murieron de ataque al corazón, una mujer murió aplastada y unas 80.000 personas fueron desplazadas por el evento.  La electricidad y el suministro de agua quedaron interrumpidos y 293 reclusas escaparon de una cárcel de mujeres.  Las regiones más afectadas fueron Tacna, Moquegua y Arequipa.

En el 2014 y hasta el 16 de abril, han tenido lugar 473 terremotos en el mundo, entre el rango de 5 grados a 9,9 en la escala de Ritcher.  Uno, entre el rango de 8 a 9 grados; cuatro de 7 a 7,9; cuarenta de 6 a 6,9; y 428 de 5 a 5,9.

Terremotos en Oklahoma

     Otro de los fenómenos más increíbles que está ocurriendo en este siglo XXI es el “enjambre de terremotos” - como así le llaman los expertos - que se están sucediendo en todo el estado de Oklahoma.   En este siglo XXI han tenido lugar cientos de sacudidas de magnitud 3, una estadística que ha llevado a algunos a temer que el repunte en los terremotos está relacionado con el proceso de fracturamiento hidráulico.

La fracturación hidráulica, fractura hidráulica o estimulación hidráulica, también conocida por el término en inglés fracking, es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo.  El procedimiento consiste en la perforación de un pozo vertical en el cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, se inyecta a presión algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, favoreciendo así su salida hacia el exterior.  Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos, cuya finalidad es favorecer la fisuración o incluso la disolución de la roca.

Se estima que en el 2010 esta técnica estaba presente en aproximadamente 60% de los pozos de extracción en uso.  Respecto al componente inyectado, está basado en 99,51% de agua y arena y 0,49 % de fluidos químicos.  Son éstos los que generan más polémica, pues sus detractores afirman que incluyen sustancias tóxicas, alergénicas y cancerígenas, dejando el subsuelo en condiciones irrecuperables.  Mientras que los defensores de esta técnica de extracción aseguran que los aditivos utilizados se pueden encontrar en elementos de uso doméstico.  Su finalidad es generar las vías necesarias para extraer el gas de esquisto, mantener los canales abiertos y preservar a los hidrocarburos para evitar que se degraden durante la operación.

A principios de este año, un estudio realizado por el Servicio Geológico de Estados Unidos concluyó, que la inyección de aguas residuales fue el factor desencadenante de este enjambre de sismos en el estado de Oklahoma en el 2011, incluyendo un movimiento de magnitud 5,7 que fue el más grande asociado con la inyección de aguas residuales.  Ese terremoto fue probablemente provocado por la inyección de aguas residuales.
Sin embargo, éste no es el único estado en que se está llevando a cabo este procedimiento, sino que prácticamente la búsqueda desesperada por gas natural y petróleo se ha incrementado en todo el país.  Permítame citar la lista de estados donde se lleva a cabo el fracking: Arkansas, Louisiana, New York, Oklahoma, West Virginia, California, Maryland, North Carolina, Michigan, Wyoming, Colorado, New Jersey, North Dakota, Pennsylvania, Delaware, New Mexico, Ohio, Texas.  El fracking también se asocia con la gran cantidad de hundimientos, deslizamientos y derrumbes que están sucediéndose en toda la nación.
De acuerdo con el servicio de noticias Bloomberg News, en el año 2013, Oklahoma experimentó 109 terremotos de magnitud 3 o superior.  Esa cifra ha sido superada con creces en poco más de tres meses en el 2014.  En el mes de abril del 2014, han sucedido en el estado más de 109 terremotos de magnitud 3, seguido por uno de magnitud 4, el 7 de abril, y a partir de entonces hasta la fecha han ocurrido 133 estremecimientos adicionales de magnitud 2,5 o superior - el nivel de base en el que los sismólogos dicen que las personas pueden percibir las sacudidas del suelo.

El mundo está buscando una causa “científica” a lo que está ocurriendo en Oklahoma, sin embargo, la fracturación hidráulica se está llevando a cabo en ese estado por más de 50 años, pero sólo hasta este siglo se ha manifestado este fenómeno.

Pero... ¿indica acaso todo esto la proximidad de la venida del Señor Jesucristo?  No podemos decirlo dogmáticamente, pero indudablemente sí es una señal indicativa de la proximidad de los últimos días, ya que dijo Dios por medio del profeta: “Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira” (Is. 13:13).

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