Los Valdenses
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“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo...” (Mateo 19:21)
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo...” (Mateo 19:21)
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col. 2:8)
“Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?” (2 Crónicas 1:10).
“De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1)
“Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren” (Salmo 111:2)
“Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento” (Proverbios 12:22)
“Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte” (Jeremías 21:8)
Uno de los grandes placeres al leer la historia del cristianismo es descubrir cuán multinacional y multiétnico es el cuerpo de Cristo. Consideremos por ejemplo, el caso de Andrew Murray: étnicamente era escocés, pero sirvió como misionero en la Iglesia Holandesa Reformada de Sud África, en la cual nació y ministró.
Charles Haddon Spurgeon nació en 1834 en Menton, Francia. Fue un pastor bautista reformado inglés. Según la Biblioteca Cristiana en Internet, a largo de su vida evangelizó alrededor de diez millones de personas, e incluso se asegura que llegó a predicar hasta diez veces a la semana en distintos lugares. Sus sermones han sido traducidos a varios idiomas y es conocido como el “Príncipe de los Predicadores”.