Epigrama
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Un predicador anciano se puso de pie para predicar y leyó este texto en Mateo 4:24: “... y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó” (Mat. 4:24).
El pastor siguió diciendo: “Hoy en día los médicos pueden hacerles exámenes exhaustivos, les pueden mandar a hacer todo tipo de pruebas de laboratorios y algunas veces curar sus dolencias, pero si sufre de la enfermedad de los buzos, entonces sólo Dios puede curarlo. Y permítanme decirles hermanos, hay una epidemia regular de la enfermedad de los buzos entre nosotros”.
“Algunos bucean en busca de la puerta el domingo apenas se acaba la escuela dominical. Están los que bucean por el televisor después de la iglesia. Quienes bucean en busca de una lista de excusas para no trabajar para el Señor. Otros que bucean por el carro y toman un viajecito el fin de semana. Otros bucean buscando sus monedas de cinco y de a diez, para ponerlos en la ofrenda, en lugar de pagar el diezmo. Otros bucean por la puerta tan pronto como el ministro hace el llamado para orar ante el altar. Sí, se necesita al Señor y a su amor para que la iglesia pueda curarse de la ‘Enfermedad de los Buzos’”.
“Verás Señor, las cosas son así: Podríamos asistir a la iglesia más fielmente si tus servicios se celebraran en otro día. Tú has escogido un día que cae el fin de semana y uno está muy cansado. Pero no sólo eso, sino que sigue al sábado en la noche. Ya tú sabes que el sábado por la noche a uno le da el deseo de salir y disfrutar un poco, después de trabajar toda la semana. Casi siempre es media noche cuando se regresa a casa, y es prácticamente imposible despertarse temprano el domingo por la mañana. También debes darte cuenta que el domingo es el día que dan muy buenos programas de televisión por la mañana. Asimismo es usualmente el domingo cuando uno prepara la comida más abundante de la semana. Nos gustaría ir a la iglesia y sabemos que deberíamos hacerlo, pero definitivamente escogiste el día equivocado”.
Cristianos del Siglo Veintiuno
El “Morbo Sabático” mejor conocido como “enfermedad del domingo” es una dolencia peculiar que contraen algunos miembros de la iglesia. Los síntomas varían, pero son generalmente observables:
Un lugar de quietud, un templo de paz;
Un hogar de fe, en donde la duda cesa
Un lugar de consuelo, en donde se da esperanza.
Una fuente de fortaleza, que nos ayuda a llegar al cielo.
Un lugar de adoración, un sitio para orar.
Todo esto lo encuentro hoy en mi iglesia.
Owen W. Blassburrn
La gente alrededor del mundo estuvo mirando hacia el cielo el día del eclipse de sol, mientras cientos de millones de personas se preguntaban, cuál podía ser el significado extraordinario de este eclipse que se extendió a todo lo largo del territorio de Estados Unidos.
El 3 de agosto pasado, el Comité de Relaciones Extranjeras en el Senado de Estados Unidos, aprobó una legislación que servirá para detener el financiamiento anual de este país a la Autoridad Palestina, a menos que le hagan un alto a lo que los legisladores estadounidenses denominan “Su política enfermiza de pagar salarios a los terroristas palestinos y sus familias por asesinar a israelíes y a norte americanos”. En la actualidad la Autoridad Palestina recibe casi $500 millones de dólares anualmente de parte de Estados Unidos.
La señora Effie Linquist asistió a la Primera Iglesia Bautista en Keokuk, Iowa, regularmente durante 88 años. Desde 1888, nunca faltó a un servicio de Navidad o de Pascua. Durante ese tiempo sirvieron a la iglesia 15 pastores diferentes. Escuchó más de 8.000 sermones, atendió a más de 4.000 servicios de oración y oró durante la noche más de 29.000 veces.
Theodore Roosevelt acostumbraba a asistir a la iglesia todos los domingos y continuó haciéndolo todos los años en Washington, incluso cuando era presidente de Estados Unidos.