La puerta del principio y el fin
En el año 1517 un fraile llamado Johann Tetzel había estado vendiendo indulgencias cerca de Wittenberg recaudando dinero para construir la catedral de San Pedro en Roma. Según Tetzel, esos que compraban una indulgencia reducirían la duración de su castigo en el purgatorio. Las indulgencias también podían comprarse en favor de familiares y amigos muertos. La línea final en el sermón de Tetzel era: “Tan pronto como suena la moneda que cae en el cofre, el alma salta de inmediato fuera del purgatorio”.
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