Los Cristianos de Alejandría, en Tiempos de la Epidemia
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“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn. 15:13)
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn. 15:13)
Sin duda, casi todos los pastores, eruditos y estudiosos de las profecías bíblicas, han hablado y escrito comentarios acerca del Coronavirus de Wuhan y su devastador impacto en el planeta. Esto a nuestra humilde opinión es bueno, pero es importante recordar que aunque hay algunas cosas que podemos saber con bastante seguridad con respecto a lo que está ocurriendo, si examinamos la Palabra de Dios detenidamente en relación con lo que nos depara el futuro, advertimos que hay otras que no encajan en la situación actual, aunque en apariencia pareciera que fuera así.
“¿Jura solemnemente decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?”. La mayoría de personas están familiarizadas con esta frase de los dramas de corte. Es una parte integral del juramento que hace un testigo cuando tiene que dar su testimonio en un juicio civil o penal. Esto sugiere que toda la información pertinente e imparcial sobre un tema será explorada y presentada, siempre de manera objetiva.
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat. 10:28)
5. LA PRUEBA: El tiempo de la prueba de Jesús fue la misma cantidad de tiempo, como en la fecha exacta en que los corderos pascuales eran originalmente seleccionados y examinados para estar seguros de su perfección, mientras permanecían atados fuera de cada hogar esperando para ser sacrificado.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efe. 2:10)
“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él” (2 Tim. 2:11)
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina” (2 Pd. 2:1)
La exactitud de las profecías cumplidas concerniente a la primera venida de Jesús; su nacimiento, vida, muerte y resurrección, han convencido a cristianos a lo largo de las edades de que el Señor Jesucristo verdaderamente es el Mesías descrito proféticamente en las páginas del Antiguo Testamento. Como la Biblia fue registrada por judíos, mucha de nuestra investigación acerca de los eventos proféticos la hacemos desde una perspectiva judía.
“León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre” (Prov. 28:15)