Si vamos  a dejarnos guiar por los principios bíblicos para este año, debemos depender de  Dios dedicando más tiempo a la oración y a la lectura de la Biblia todos los  días.
“Siempre  orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,  habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los  santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual  ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio” (Col.  1:3-5).
De este  pasaje, especialmente del versículo 3, rescatamos cuatro principios que tenemos  que repasar, antes de fijarnos nuevas metas para este año:
• EL  PRINCIPIO DE LA DEPENDENCIA: Siempre orando…
  • EL  PRINCIPIO DEL SERVICIO: por  vosotros…
  • EL  PRINCIPIO DE LA GRATITUD: damos gracias…
  • EL  PRINCIPIO DE LA GLORIA DIVINA: a Dios, Padre…
Veamos  estos principios uno por uno:
EL  PRINCIPIO DE LA DEPENDENCIA:
  Es  interesante notar que muchos cristianos ya no oran fervientemente, por diversos  motivos.  Pablo hablaba directamente con  Cristo, tenía dones milagrosos, escribía el Nuevo Testamento mucho más que  todos y, sin embargo, siempre oraba.  Es  una lección que aprendió de Cristo y que nosotros debemos recordar siempre.
EL  PRINCIPIO DEL SERVICIO:
  Si vamos  a proyectarnos a unos principios bíblicos para este nuevo año, debemos  enfocarnos en los demás antes que en nosotros mismos.
Pablo  decía: “siempre  orando por vosotros”.  Con esta expresión nos enseña que su  prioridad de oración y de su ministerio se encontraba en los demás antes que en  él mismo.  Esto sólo es posible de hacer  cuando el sentir de Cristo reina en el corazón (Fil. 2:2-8).
Pablo,  en su oración, estaba más enfocado en los demás, así expresa: “damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor  Jesucristo habiendo oído de vuestra fe en Cristo…”  Cuando uno  quita su mirada de sí mismo, y la enfoca en la “obra que Cristo hace o hará en  los demás”, es casi imposible que su corazón y sus palabras no expresen  gratitud.  Quien haga esto estará en buena  dirección para cumplir su propósito de vida cristiana. 
EL  PRINCIPIO DE LA GRATITUD:
  Si vamos  a proyectarnos a unos principios bíblicos para este nuevo año, debemos hacerlo  con las mejores actitudes.
«Gracias»,  es una palabra a menudo olvidada y poco practicada.  Todos sabemos desde dónde escribe esta carta  el apóstol Pablo, y no era desde un lugar muy cómodo.  Colosenses se encuentra dentro del grupo de  cartas denominado: “Las Epístolas de la prisión”, precisamente porque Pablo las  escribe desde la cárcel.
  Después  de una carrera brillante en el ministerio, y con brillante me refiero a  piedras, palos, golpes y muchos sufrimientos, Pablo se encuentra prisionero. 
Si usted  estuviera en dicha situación, ¿qué es lo primero que estaría diciendo?  ¿Cuál sería su primer pedido de oración?  Pablo nos demuestra el fervor de un genuino  siervo de Dios.  ¡Él está  agradecido!  Si miramos las cosas desde  la óptica y prioridades de Dios, es posible tener un corazón agradecido, aun  cuando todo parezca ir mal.
Ser agradecido  es tener una visión más allá de lo ordinario y la capacidad de ver con los ojos  de Dios.
EL  PRINCIPIO DE LA GLORIA DIVINA:
  Si vamos  a proyectarnos a unos principios bíblicos para este nuevo año, debemos hacerlo  todo para la gloria de Dios.
Recuerde  que Pablo no agradecía por los años de ministerio, tampoco agradecía ni pedía  por su liberación.  Pablo no agradecía  por los años de vida, ni por sus metas personales cumplidas.  Pablo agradecía porque Dios estaba  perfeccionando su obra en las vidas de los hermanos.  El gozo por esta verdad era mayor a cualquier  problema o circunstancia difícil que estuviera atravesando.  Pablo nos demuestra que en medio de todo hay  que tener un corazón agradecido pero enfocado en “la obra de Cristo en los  demás” antes que en uno mismo. 
Pero lo  más significativo de todo esto, es que si bien Pablo había colaborado muchísimo  para el crecimiento de los creyentes, el fortalecimiento de las misiones, la  propagación de las Escrituras y el levantamiento de muchas congregaciones, no  se atribuye a él mismo nada.  Pablo da la  gloria sólo a Dios, reconociendo que él era sólo un instrumento, pero el autor  de la obra es el Señor.  Haga lo que  haga, nunca olvide hermano este principio fundamental.
PROYECTÁNDONOS  A UN AÑO NUEVO CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS
  Ahora  veamos algunos ingredientes espirituales para que este nuevo año sea realmente  un proyecto conforme al corazón y a la Palabra de Dios.
1. QUE  NO SE APAGUE LA FE:
  “Habiendo  oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos” (Col. 1:4).
• La fe  es el elemento que nos sostendrá en el camino aun cuando todo parezca  oscuro.  Nuestra confianza debe estar  depositada siempre en Cristo y nuestro amor vertido en aquellos hermanos  redimidos por Cristo.  Pablo agradecía  por la fe de los Colosenses.  ¿Cómo está  su fe? ¿Trabaja en el fortalecimiento de la fe de los demás?  Es tiempo de marcarse metas que le ayuden a  fortalecer su fe en Dios y así ayudar a crecer en la fe a los demás.
• La fe  es necesaria para permanecer sirviendo a los demás: “acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre  nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra  constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” (1 Ts.  1:3).  “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra  obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido  a los santos y sirviéndoles aún” (He. 6:10).
• La fe  es necesaria para soportar las aflicciones: “Tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de  vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras  persecuciones y tribulaciones que soportáis” (2 Ts. 1:4).
• La fe  es necesaria para obtener victoria sobre el enemigo: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el  diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual  resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van  cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1 P. 5:8,  9).
• La fe  es necesaria para vivir agradando a Dios: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte,  y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo  testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios;  porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es  galardonador de los que le buscan” (He. 11:5, 6).
  Continuará...