Lo que se necesita
- Publicado en Anécdotas
Un misionero necesita:
La sabiduría de un búho
La tenacidad de un perro de presa
La osadía de un león
Un misionero necesita:
La sabiduría de un búho
La tenacidad de un perro de presa
La osadía de un león
La British East India Company (Compañía Británica Oriental India) dijo a comienzos del siglo XIX: “El enviar misioneros cristianos en nuestras posesiones orientales es el proyecto más loco, más costoso, sin menos garantías que haya jamás propuesto un lunático entusiasta”.
El vicegobernador de Bengala dijo a finales del siglo XIX: “A mi juicio los misioneros cristianos han hecho cosas mejores y más duraderas por el pueblo de India que todas las otras agencias combinadas”.
Church of Christ Advocate
El centro de Wittenberg, de la ciudad en donde Martín Lutero y Philipp Melanchton trabajaron juntos, se encuentra hoy colmada de carteles que dicen: “Lutero 2017, 500 años de la Reforma”. La ciudad se preparó mediante la remodelación y los decorados de jardinería para celebrar un gran acontecimiento: el quinto centenario de la Reforma.
El presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt dijo: “Desde que me convirtiera en presidente, me he enterado de que los mejores norteamericanos que tenemos en el exterior hoy, son los misioneros de la Cruz. Me siento humillado por no haberme enterado hasta este día del inmenso valor de las misiones foráneas y de la nobleza de los misioneros. El testimonio de ellos en China, por ejemplo, durante la guerra, es más que digno de alabanza. Su valor es conmovedor y su fortaleza heroica”.
El crecimiento del cristianismo en los primeros siglos fue fenomenal. A mediados del siglo segundo un apologista dijo: “Nos encontramos en todas partes. Estamos en pueblos y en ciudades, en el ejército y en la marina. Nos hallamos en los palacios; en el senado, somos más numerosos que cualquiera”.
Fue un judío quien llevó el Evangelio a Roma. Un romano quien lo predicó en Francia. Un francés quien llevó su mensaje a Escandinavia. Un escocés el que evangelizó a Irlanda. Y un irlandés llevó a cabo la conquista misionera de Escocia. No hay un solo pueblo que no haya recibido el Evangelio de un extranjero.
Dunkin
El apóstol Pablo fue tal vez uno de los principales viajeros de su día. Visitó muchas tierras e indudablemente tuvo oportunidad de ver muchos escenarios en esos diferentes lugares. Cuando regresaba escribía mucho. Sus epístolas fueron ampliamente leídas por la iglesia primitiva. Sin embargo, en todos los escritos del apóstol, no hay una sola línea que describa los escenarios de los países por donde pasó, ni una línea para detallar las maravillas de la arquitectura de su día, ni las costumbres de los pueblos.
¿No es esto singular? Hay una razón para ello, porque mientras viajaba el apóstol estaba ciego a todo, con excepción de una sola cosa. En el camino a Damasco, cuando se encontró con el Señor Jesús, quedó ciego por la visión de su gran gloria y a partir de ese momento no pudo ver nada más, excepto al Señor, tampoco pudo hablar de otra cosa más, sólo de su Evangelio.
R. A. Jaffery
Dice una leyenda que el diablo una vez puso todos sus instrumentos en venta en una subasta pública. Cuando los compradores en perspectiva se acercaron, había un instrumento extraño el cual tenía una etiqueta que decía: “No se vende”. Cuando le preguntaron por qué no lo vendía, el diablo respondió: “Puedo compartir mis otras herramientas, pero no puedo compartir esta. Es el implemento más útil que tengo. Se llama ‘desánimo’, ‘desaliento’. Con él puedo ganar el camino hasta los corazones de los hombres, que de otra forma serían inaccesibles. Cuando logro que este instrumento penetre en el corazón, tengo el camino libre para plantar en él cualquier cosa que desee”.