Boletin dominical - 10/05/09
1. María era una joven temerosa de Dios. Ella NO nació sin pecado, pues era hija de una madre contaminada por el pecado y la engendró un descendiente de Adán. No obstante, la Biblia dice que a ella le fue asignada una parte muy importante en el plan de salvación que Dios diseñó para cuantos deseen ser eternamente salvos. María era como muchas otras doncellas en Israel: una joven que soñaba algún día casarse con un varón piadoso y temeroso de Dios, ser madre y criar a sus hijos en el conocimiento de la ley divina.
Pero... ¡Qué sorpresa se llevó cuando en un momento un ángel, un mensajero celestial le comunicó que ella sería madre de un Hijo no engendrado por un hombre, sino por medio del Espíritu Santo!