La blasfemia
¿Qué es blasfemia? La palabra blasfemia en sí tiene su raíz en el griego que quiere decir «hablar injuriosamente». Lo que Jesús dijo a esos fariseos es que ellos habían injuriado al Espíritu Santo al tildarlo a Él de espíritu diabólico por lo cual, no tenían ya oportunidad de salvación.
¡Cuánto cuidado debemos tener con la lengua! Dios, sabiendo que la lengua es el único miembro de su cuerpo que puede cometer este pecado mortal, ha cerrado este apéndice mortal tan pequeño y tan letal dentro de una prisión doble y allí vive. Primero están las rejas de marfil que son sus dientes, luego en la parte exterior la otra pared de carne de sus labios y detrás de esa doble prisión se encuentra ese pequeño miembro listo para saltar como una serpiente y hacer que usted cometa ese pecado que no le será jamás perdonado.
En la Biblia tenemos muchas advertencias sobre la lengua:
• “El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (Pr. 12:19).
• “El perverso de corazón nunca hallará el bien, y el que revuelve con su lengua caerá en el mal” (Pr. 17:20).
• “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” (Pr. 18:21).
• “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! ...La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (Stg. 3:2-6). ¡Cuán cierto es todo lo que estamos examinando ahora!
La lengua no es tan inofensiva. La lengua es capaz de pronunciar ciertas palabras, sólo cuatro palabras en algunas menos, contra el Espíritu Santo y cerrar para siempre las puertas del cielo. Jesús fue muy claro en esto. ¿Cometen los hombres el pecado que no tiene perdón? Un pastor llamado J. Harold Smith, que también anduvo por todo Estados Unidos llevando a cabo campañas evangelísticas, ofreció ejemplos de personas que él mismo conoció y da detalles asombrosos realmente de cómo murieron trágicamente:
Dice él: «Sé, de 21 hombres que han cometido este pecado, pero entre todos esos millones de personas a quienes les he predicado en 41 años de ministerio nunca he conocido a una mujer que lo haya cometido. En todos los casos de blasfemia contra el Espíritu Santo, sigue diciendo, la persona que lo ha hecho no ha vivido ni siquiera 24 horas».
¿Por qué todos ellos tuvieron que morir tan pronto? Bueno, si usted tiene problemas para reconocer la gravedad de este pecado y no piensa que Dios puede cerrar la puerta para quien blasfemó contra el Espíritu Santo, me gustaría ofrecerle por lo menos algunos otros pasajes bíblicos.
En Marcos 4:10-12, Jesús dice: “Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados”. ¿No se estaría refiriendo nuestro Señor aquí a aquellos que habían cometido este mismo pecado? ¿Es posible que Jesús enseñe de tal manera que sus Palabras de vida no puedan ser entendidas por aquellos que tanto la necesitan?
Veamos otro pasaje paralelo: “Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane” (Hch. 28:25-27).
La Biblia no dice que ellos blasfemaron contra el Espíritu Santo, pero tampoco hay evidencia de que no lo hicieron ya que se negaron a creer y Dios ya tomó medidas con ellos hablándoles de tal manera que no entiendan.
El otro pasaje es el caso del comienzo mismo de la historia del hombre: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida” (Gn. 3:22-24). Claramente se nos hace ver aquí que Dios tuvo que tomar estas precauciones para evitar que el hombre alargara su mano y comiera del árbol de la vida y viviera siempre como pecador, eternamente.
Sí, si aquellos hombres que blasfemaron contra el Espíritu Santo vivieran más tiempo, muy probablemente se arrepentirían y Dios estaría obligado por su promesa a perdonarles en cumplimiento de esa promesa. Por eso ellos mueren tan rápidamente después de cometer el pecado que no tiene perdón.
¿Qué medidas deben tomarse para evitarse caer en el pecado que no tiene perdón? Recordemos que la primera limitación es el pecado contra el Espíritu Santo o la blasfemia contra el Espíritu Santo, que Jesús dijo jamás será perdonado a aquel o aquella que lo hagan. Para evitar caer en este pecado que jamás tendría perdón...
• No posponga la salvación de su alma, en realidad la regeneración del hombre es la mayor garantía de que jamás caerá en este pecado.
• No se burle de las cosas divinas, tema a Dios; cuidado con la lengua.
• Evite la amistad de aquellos que se burlan de Dios.
• Evite libros y películas que pretenden involucrar a Dios y al Espíritu Santo en asuntos de pecado.
• El único recurso seguro contra la blasfemia contra el Espíritu Santo es que uno sea regenerado por ese mismo Espíritu.
Todo lo que hemos observado hasta ahora nos hace pensar que muchas de las muertes misteriosas bien pueden tener aquí su origen. Dios nos libre del grave pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo.
Ahora entendemos mejor lo que dice en Hebreos 10:26-31: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” Estas palabras deben hacernos pensar con toda seriedad porque los versículos 30 y 31 dicen: “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”. Creo que este versículo final que leímos: “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”, tiene directa relación con el anterior cuando dice que “mayor castigo recibirá aquel que hiciere afrenta al Espíritu de gracia”.
Continuará...