Menu

Escuche Radio América

La Iglesia será noticia

Algún día: «LA IGLESIA SERÁ NOTICIA». Cuando se dice Iglesia, se refiere a la iglesia de Cristo. No se habla de una denominación, ni de una religión. Se habla de hombres y mujeres que fueron salvos por la fe en Cristo. Todos ellos, de todos los tiempos, desde el nacimiento de la Iglesia, que viven o ya hayan muerto, son esa Iglesia de Cristo. A los que ya están con el Señor, por lo cual no están con nosotros, los llamamos: «La Iglesia triunfante». Mientras tanto, nosotros somos «La Iglesia militante». Pero algún día, no sabemos cuándo, todos los redimidos, toda la Iglesia, todos los millones de salvos por la fe en Cristo, abandonarán el planeta y serán llevados a la presencia del Salvador. Esta es una doctrina bíblica conocida como: «El arrebatamiento de la Iglesia»: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:16-18).

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo - P6

Esos del cuerpo de Cristo que estudiaron la Escritura mientras estaban en la tierra, ciertamente sabrán por adelantado que el Cordero llegará para tomar el rollo, pero no se atreven a pronunciar una palabra.  Observarán respetuosamente en silencio, esperando la llegada del gran Día del Señor, en el cual el Juez Justo finalmente le pondrá fin a toda la iniquidad y establecerá su Reino.

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo - P5

El Cordero y el libro

Como ya hiciera notar anteriormente, aparte del libro de Apocalipsis, el Cordero está mencionado sólo cuatro veces en el Nuevo Testamento.  ¡Pero es asombroso advertir que, en las páginas de Apocalipsis, al “Cordero” con letra mayúscula se le menciona 26 veces!

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo - P4

Los “principados” que menciona el apóstol Pablo en Efesios 6:11, 12 son llamados archons en griego.  Son criaturas sobrenaturales consideradas generalmente como ángeles, que bien pueden ser fieles o caídos.  Pero en la epístola de Pablo, la referencia es al primer nivel de las potencias diabólicas, incluyendo a Satanás y a sus poderes delegados.  Son transdimensionales, y operan fuera del reino natural de los seres humanos, sin embargo, influencian profundamente los círculos en las finanzas mundiales, la política y la religión.

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo - P3

Los dos discípulos mencionados, son identificados en el contexto de la declaración de Juan.  Es muy interesante advertir que ellos no tuvieron dificultad en asociar el concepto del Cordero con ese del Mesías: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)” (Jn. 1:40, 41).

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo - P2

Pero en esa noche, la de la primera Pascua, el cordero se convirtió en algo más que en un simple sacrificio.  Vino a ser el símbolo de relación, la experiencia común de los israelitas, y permanece así hasta este día.  La carne del cordero fue asada y comida de inmediato en la noche del día 14 del primer mes: “Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán” (Ex. 12:1-8).

Leer más ...

Cuando el Cordero abra el rollo

Un día, todos los seres creados en el cielo observarán cómo el Cordero de Dios se dispone a abrir el rollo sellado con siete sellos.  Cuando lo haga estará actuando como el Juez Divino, quien toma en sus manos una acusación sellada.  Ningún hombre sabe lo que está escrito en él.  Pero ciertamente debe incluir una lista de cargos acumulados a lo largo de los milenios por una humanidad depravada.  A la apertura de los sellos, el Cordero corregirá los equívocos de seis milenios y establecerá paz y justicia.

Leer más ...

Porque la paga del pecado es muerte, pero Cristo es vida - Romanos 6:23

Cuando el hombre escogió desobedecer a Dios, el resultado fue la muerte.  El pecado no solamente causa daño a las personas, sino también entristece a Dios.  Separa el hombre de Dios.  Dios es Santo y Justo, y odia el pecado.  Cualquier persona que sigue pecando se enfrentará a consecuencias terribles: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 6:23).

Leer más ...

La crucifixión del Cordero de Dios

Estamos entrando a la historia de la raza humana, de principio a fin, donde gira alrededor de este día transcendental, el día de la crucifixión del Cordero de Dios.  Los santos del Antiguo Testamento anhelaron ese día, el día de la expiación del Señor por los pecados de ellos, mientras que los santos del Nuevo Testamento miraban retrospectivamente hacia ese momento increíble. 

• Fue el día cuando todos los pecados de la progenie de Adán fueron pagados por el sacrificio sin mancha, puro y perfecto del Hijo unigénito de Dios.

• Fue el día prometido a Adán y a Eva, cuando Dios le dijo a la serpiente: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gn. 3:15).

• El día del que habló Abraham cuando le dijo a Isaac: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto...” (Gn. 22:8).

• El día del que profetizó David cuando escribió: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?... Horadaron mis manos y mis pies... Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes... Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti” (Sal. 22:1, 16, 18, 27).

• El día del cual escribió el salmista: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.  De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos.  Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él...  Bendito el que viene en el nombre de Jehová...” (Sal. 118:22-24, 26).

• El día del que habló Isaías: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Is. 53:3-6).

• ¡Fue un día trágico, pero al mismo tiempo maravilloso!: “Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura; y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le daban de bofetadas. Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!” (Jn. 19:1-5).

  Juan no incluyó el momento en que Pilato se lavó sus manos.  De hecho, tampoco Marcos ni Lucas.  Sólo Mateo nos narra así la historia: “Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros” (Mt. 27:24).

  Pilato se lavó las manos diciendo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros”.

  ¿Por sólo lavarse las manos Pilato puede considerarse inocente?  De ninguna manera.  Todos somos culpables de la muerte de aquel Justo.  El Justo por nosotros los injustos.  Mediante su muerte el Señor pagó la cuenta de todos los pecados que hemos cometido en contra de Dios.  De no haber muerto él en nuestro lugar, no tendríamos la menor posibilidad de salvación.

  ¿Tiene usted alguna duda respecto al completo perdón divino?  Piense por un momento en sus años pasados y probablemente hasta el presente, ¿hay algo que no le permite disfrutar de paz?  ¿No será que duda del perdón de Dios y permite que el pecado que ya le ha sido perdonado siga molestándole porque no logra captar la enormidad del amor de Dios?

  Al enviarnos a su amado Hijo para morir por todos nuestros pecados, la Biblia habla por sí misma ofreciéndonos algunas de esas maravillosas cápsulas divinas del perdón también divino:

“...Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is. 43:25).  Esto es posible porque alguien ya sufrió por mí.

“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Is. 44:22).

“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Is. 55:7).

“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado...  No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” (Mi. 7:18),

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9).

  ¿En qué base puede el Señor concedernos tan amplio perdón?  ¿Cuántas veces hemos leído los pasajes de la Biblia que hablan del sacrificio de nuestro Señor sin prestarles mucha atención? “Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mt. 26:28).  Dios nos perdona, no en base a nuestro arrepentimiento, sino en base al sacrificio de Cristo.  Nosotros como favorecidos por su perdón, cuando nos arrepentimos y depositamos nuestra fe en Cristo, somos salvos, pero si Él no se hubiera adelantado y no hubiera provisto de esta salvación tan completa, del completo perdón mediante Su sacrificio en el Calvario, de nada valdría nuestro arrepentimiento, la fe, la confesión de pecados y todo cuanto hagamos para ganar el favor de Dios.  No habría posibilidad.

  Usted no se salvará porque es filántropo, porque procura ser muy buen ciudadano moralmente intachable, nada de esto, únicamente por la sangre de Cristo vertida en la cruz del Calvario.

  Tenga cuidado amigo, si aún no recibió a Jesús como su Salvador.  Porque aunque él ya sufrió el castigo que nosotros merecíamos y así saldó nuestra cuenta ante Dios, de nada servirá su sacrificio para quienes no lo reciban arrepentidos de sus pecados.  Hoy mismo, ¿no quisiera derramar su alma delante de Él y decirle, Señor perdóname, te recibo por Salvador?  Si no lo recibió aún, hágalo cuanto antes.

Leer más ...

El Rapto antes de la Tribulación (II)

Pasajes Bíblicos sobre la Segunda Venida de Cristo

"Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación" (Dn. 2:44, 45).

Leer más ...
Suscribirse a este canal RSS