Bien podría ser la pregunta de muchos pecadores. No está mal que nos consideremos demasiado pecadores, sin embargo, no olvidemos que el amor de Dios es mucho mayor que todos nuestros pecados. Si ha pensado alguna vez que usted no tiene perdón, porque sus pecados son demasiado graves y que Dios no se los perdonará, recuerde que tales pensamientos provienen del mismo Satanás. Es mejor dejarse llevar por lo que nos dice Dios, no por los susurros de Satanás. Dejémonos llevar por las promesas divinas, no por las amenazas satánicas. Permitamos que el Señor nos cubra con su santidad, perfección y pureza, y no miremos la negrura de nuestros pecados. Note la generosa invitación divina para el pecador: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Is. 1:18).