¿Es buena la versión Reina-Valera 1960?
- Fecha de publicación: Jueves, 14 Marzo 2013, 23:59 horas
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Muchos hermanos nos preguntan por qué la versión Reina-Valera 1960 es la preferida de los cristianos bíblicos fundamentales y por qué rechazamos las otras. Es evidente que estamos viviendo en los días finales de la dispensación de la gracia, y que la venida del Señor está muy cerca. La apostasía se está manifestando en todo el mundo y en todas las esferas de las denominaciones llamadas cristianas. Nos encontramos en presencia de dos puntos de vista, dos criterios, dos frentes de batalla.
Por un lado están los llamados liberales, que de un modo consciente o inconsciente, tratan de socavar los fundamentos de nuestra fe en las Sagradas Escrituras. Dicen que la Biblia contiene errores e interpolaciones, aseguran que simplemente le provee a los lectores modernos mitos y ficciones literarias del mundo antiguo. Basándose en esto, niegan las verdades que hay en ella y rechazan la necesidad de una fe personal. Pretenden modificar el criterio que ha prevalecido en la esfera de los hombres de fe por espacio de 3.500 años, afirmando que la mayoría de los libros del Antiguo Testamento no fueron escritos por los hombres cuyos nombres aparecen encabezando los libros en cuestión. Tampoco en las fechas que tradicionalmente se ha creído.
Por otro lado nos encontramos los que creemos en la inspiración de las Sagradas Escrituras. Quienes afirmamos que la Biblia no contiene errores. Los que mantenemos el criterio de que Moisés escribió Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y que el libro de Isaías lo escribió Isaías, y el de Daniel, Daniel.
La Biblia Reina-Valera 1960 debe su nombre a la suma de esfuerzos de Casiodoro de Reina, su autor principal, quien la tradujo al español y de Cipriano de Valera, su primer revisor. Ambos eran monjes católicos jerónimos del Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, Sevilla. Se habían exiliado de España después de ser perseguidos por la Inquisición debido a sus abiertas simpatías con las ideas de los reformadores protestantes Lutero y Calvino.
Como tantos otros cristianos en busca de libertad en aquellas lejanas fechas, los dos emprendieron un camino sin retorno al corazón de Europa, dejando huellas de su fe, protesta, sacrificio, valor, amor y trabajo a su paso por Francia, Suiza, Alemania, Bélgica, Holanda e Inglaterra. Se separaron finalmente en Londres, donde Valera permaneció, mucho más sedentario, mientras Reina, continuó el éxodo de los protestantes perseguidos desde Sevilla, Ginebra, Londres o Amberes.
Mientras, Felipe II y los inquisidores no repararon en métodos y gastos para calumniarlos, secuestrarlos o, como ocurriera con otros, asesinarlos, ellos pudieron experimentar la oportuna protección de Dios y de sus hermanos en la fe, aunque esto último no impidió que el tribunal de la Inquisición los quemara simbólicamente el 28 de abril de 1562 en Sevilla, y colocara su obra en los índices de libros prohibidos.
Los dos se casaron en Londres y, curiosamente, ambas esposas se llamaban Ana. Ellas les dieron hijos y sufrieron junto a toda la familia, privaciones, persecución y todo tipo de polémicas, por su fe en Cristo y en su Palabra inspirada.
Tanto Reina, como Valera, son más conocidos por su condición de traductores bíblicos que por sus otras obras. Casiodoro de Reina, murió en 1582, y como ya dijera fue un religioso jerónimo español converso al protestantismo, famoso por realizar la muy reconocida traducción castellana de la Biblia llamada la Biblia del Oso, que es la primera traducción al castellano del texto sagrado, de la Vulgata. Mientras Cipriano de Valera, refugiado en Ginebra, fue su primer revisor.
Gracias a la cuidada y económica edición facsímil que en 1992 hiciera la Sociedad Bíblica de España, hoy podemos disfrutar con mayor acceso al primer texto de Reina, y conocer las pocas modificaciones introducidas por Valera.
La Versión Reina-Valera 1960
Con el paso de los días se va acentuando la división en la esfera del cristianismo entre “liberales” y “conservadores”, entre apóstatas y ortodoxos. Los primeros, se aprestan para el ataque, los segundos, para la defensa. Ahora nos vemos confrontados con una conspiración en contra de la versión Reina-Valera 1960. Parece que uno de los objetivos de Satanás, es la eliminación de la mencionada versión que, por ser la Palabra de Dios, constituye el bastión de la fe entre los evangélicos hispano hablantes.
La revisión Reina-Valera 1960, ha sido buena por más de 50 años; pero ahora, de la noche a la mañana, los “liberales” dicen que es mala, indigna de confianza, y que debe ser sustituida por otra versión que se ajuste mejor a las creencias y doctrinas personales de ellos.
Y como si esto fuera poco, individuos que acaban de aprender el idioma español, sin haber siquiera superado el a, b, c ahora son los “expertos”, siendo los primeros en hallar faltas en una traducción tan maravillosa. Es como si yo tratara de corregir la Biblia en guaraní, usando mi “profundo conocimiento” y dominando no más de diez palabras.
Para el año 1946 la Sociedad Bíblica Americana y la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera informaron, que se habían recibido numerosas sugerencias sobre la necesidad de una revisión de la Biblia. Muchos consideraban que la gramática y su estilo del vocabulario eran anticuados. Aunque la Biblia Reina-Valera 1960 había experimentado varias revisiones menores, todavía retenía mucho de la gramática y las expresiones anticuadas de la traducción Casiodoro de Reina de 1569. La idea era producir una versión que conservara la belleza de la Valera, pero que exhibiera el idioma y la ortografía prescrita por la Real Academia Española que era la autoridad primaria en materia del idioma.
NOTEMOS EL CALIBRE DE HOMBRES QUE INTERVINIERON EN LA ACTUALUZACIÓN DE LA REINA-VALERA 1960 QUE USAMOS NOSOTROS HOY
Se escogieron a hombres competentes en exégesis bíblica, con un profundo conocimiento del español y de buena reputación entre los evangélicos. Esta lista incluyó los siguientes criterios para seleccionar los miembros del comité de revisión.
1. Un buen trasfondo en estudios bíblicos, incluyendo el griego y el hebreo.
2. Conocimiento profundo del español.
3. Una devoción personal profunda por las Sagradas Escrituras, y
4. La aceptación entre círculos evangélicos de que eran personas sensibles que simpatizaban completamente con las necesidades del movimiento evangélico.
Tenemos la firme convicción de que la mano providencial de Dios se ha manifestado a través de los siglos preservando las Sagradas Escrituras, y que el mensaje de Dios a la humanidad se ha mantenido puro, a pesar de las imperfecciones humanas. Podemos confiar plenamente en la Versión Reina-Valera 1960. El mensaje de Dios permanece aquí sin omisiones ni añadiduras.
La traducción de nuestra Biblia no fue una improvisación de hombres sin el menor conocimiento de lo relacionado con algo tan serio como lo que nos ocupa. Son varias las “traducciones” (tergiversaciones) que aparecieron en estos últimos años. Y no debe extrañarnos, porque Satanás está trabajando contra reloj, sabiendo que le queda muy poco tiempo.
Como cristianos bíblicos, no nos crucemos de brazos esperando que… «de alguna manera alguien se ocupará de esta cuestión».
Hace algunos años que la carrera en la “corrección” de la Biblia en español ha tomado impulso. Eran los llamados «Testigos de Jehová», con su… “Nuevo Mundo”, luego aparecieron los de «Recobro». Últimamente una versión adventista y finalmente el intento de un golpe mortal de la Reina-Valera 1960. Pero gracias a Dios, esta vez no prosperó el intento del enemigo de alterar la pureza de su traducción, tal como la tenemos hoy.
¿Sabe usted quiénes hicieron esta traducción y el cuidado que tomaron, sabiendo que el compromiso era muy grande?
El Comité de Revisiones de la 1960 constó de dos metodistas, tres presbiterianos y un bautista. Estos revisores no tuvieron nada que ver con el catolicismo, tal como está revelado en numerosas citas y anécdotas de los hombres. Ellos fueron: Honorio Espinoza Soto de Chile, Francisco Edmundo Estrella Limón y Juan Díaz Galindo de México, Alfonso Rodríguez Hidalgo de Cuba, y Alfonso Lloreda Benjumea y Enrique Parra Sánchez de Colombia.
Los revisores eran altamente educados y todos habían enseñado en seminarios bíblicos en un momento u otro. El Reporte Anual de 1952 de la Sociedad Bíblica Americana, manifestó que fueron «líderes cristianos bien educados que representaban al protestantismo de Hispanoamérica». Hombres que habían hecho contribuciones sobresalientes para la vida de la iglesia Latinoamericana como educadores, pastores y evangelistas, también como eruditos evangélicos. John Twentyman, de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, los llamó «hombres prominentes del movimiento evangélico en Latinoamérica». El autor Luis D. Salem, se refirió a ellos como «una comisión de eruditos, latinoamericanos en su totalidad... ilustres... Orgullo del protestantismo hispanoamericano... hombres de Dios... destacados siervos del Señor». W. J. Bradnock de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, escribió que eran «líderes eruditos de las comunidades evangélicas principales de los estados sudamericanos».
Plutarco Bonilla, quien estudió en el Seminario Teológico de Princeton de New Jersey, Estados Unidos; griego moderno en Atenas y filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, comentó lo siguiente concerniente al impacto a largo plazo de la versión 1960: «La 1960 por mucho tiempo ha constituido ‘la Biblia’ de los cristianos protestantes».
La Editorial Portavoz señaló «...que la Versión de 1960 es la más difundida en los círculos protestantes y evangélicos en general». Otro documento sin fecha, reportó concerniente a la 1960, que «su aceptación entre las iglesias evangélicas fue tan suave como había sido su programa de preparación». La revisión 1960 se popularizó todavía más por medio de las Biblias de Estudio Ryrie, Thompson y Scofield.
La versión de la Biblia en español que tenemos, es el esfuerzo de hombres de Dios, temerosos de Su Nombre, quienes fueron fieles en su traducción, a diferencia de otras versiones que han salido a la luz pública con intereses creados, o bien, con posiciones teológicas tomadas y con doctrinas bíblicas fundamentales sesgadas.
Lamentablemente, la primera línea de ataque contra la Reina-Valera 1960, partió de donde menos se podía esperar: de La Sociedad Bíblica Americana. Esta Sociedad, aliada hoy con el Vaticano, publicó en 1979 Dios Habla Hoy, que es una versión ecuménica de fondo y perfil “liberal”. Ellos esperaban que ocupase el lugar de la Reina-Valera 1960, pero no sucedió así. La propia Sociedad Bíblica confesó, que de los primeros seis millones de ejemplares del Nuevo Testamento en la versión popular o ecuménica, el 85% los ha vendido o regalado a la Iglesia Católica. El sector evangélico solamente absorbió el 15%. Es claro por esto, que el pueblo evangélico rechaza la Versión Popular, y continúa mostrando su preferencia por la versión Reina-Valera 1960.
La revisión que la Sociedad Bíblica Americana planeó y dirigió con el propósito de poner el lenguaje o vocabulario al día, y en armonía con la Real Academia, no había experimentado cambio, pero la Sociedad Bíblica Americana sí cambió de criterio, de planes y de propósitos. Lo que en 1960 era bueno, ahora ya no lo es, pues después de eso sometieron la Reina-Valera a varias revisiones, y si las cosas continúan de esta forma, pronto tendremos una versión que no vamos a conocer. Una revisión fundida en el mismo molde de Dios Habla Hoy.
Dos grupos de bautistas independientes de México han hecho revisiones de la Reina-Valera. Según ellos con el fin de «purificar su texto, y alinearlo más con el Textus Receptus». El primer grupo de Matamoros, México, basó su revisión de 2004 en el texto de la 1909, haciendo comparaciones con los textos en griego y hebreo, y la Biblia King James. Esa Biblia se llama la Reina-Valera-Gómez, por el editor principal, Humberto Gómez. Otra revisión actual es la del 2007, que tuvo el mismo fin «purificar el texto bíblico español de cambios críticos». Sin embargo, ellos partieron con el texto de la 1602. Por eso se llama la 1602 Purificada. Esta obra se hizo en Monterrey, México, bajo la dirección de Raúl Reyes y Guillermo Parks. Esta última versión ha sido fuertemente criticada y rechazada por los bautistas conservadores, pentecostales y de otras denominaciones, por ser una adaptación de la biblia en inglés versión King James, su autor dio inicio a esta traducción alegando que las antiguas versiones de la Reina-Valera estaban muy relacionadas con el catolicismo romano. Entre quienes hacen estas “correcciones”, los hay aquellos que dicen que la versión en inglés King James es mejor que los originales (hebreo y griego). ¡Tenga mucho cuidado con la Biblia que lee!
En septiembre del 2009, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, los mormones, publicó su primera edición oficial de la Biblia en castellano basada en la edición Reina-Valera de 1909, con algunas “actualizaciones”. Aquí, entre los cristianos bíblicos a quien mejor conocemos es al “experto” Sr. Gómez. La versión se llama “Reina Valera-Gómez”. Su nombre completo, Humberto Gómez. ¿Qué más se hará con la Biblia si el Señor demora su regreso? La Biblia Gómez lleva fecha, tanto 2009 como 2010.
La cuestión versiones de la Biblia siendo tantas, no es algo sencillo. Muchos piensan que sólo es cuestión de escoger la mejor traducción y ya está. Pero yo deseo agregar algunos otros elementos que ponen en peligro el uso de la Biblia cuya traducción en nuestro idioma no se puede cuestionar. Aparte de lo ya indicado, veamos ahora quienes son los “expertos” en el idioma de Cervantes.
Difícilmente me creerán los hermanos que el joven Nelson Giménez “escaló al nivel de consultor indiscutible”. Basta leer lo que aparece en un folleto dentro de un ejemplar de la supuesta versión Gómez (2010), la que nada de versión tiene, sino que sigue siendo la 1960, excepto el cambio de algunas palabras. Esto se llama plagio literario. En parte la Real Academia traduce así el vocablo plagio o plagiar: «Copiar en lo substancial obras ajenas, dándolas como propias».
Esto es falta de honestidad y de veracidad. En su folleto incluido en un volumen de esta «Versión-Gómez», dice: «En Salmo 68:11, las Biblias en español dicen: ‘mujeres evangelistas’. Nelson Giménez dice: ‘Hay una gran diferencia entre los idiomas, la que muchos misioneros no entienden; a lo que me refiero son los GÉNEROS. Y este texto bíblico es un ejemplo. Primero que todo, el idioma español tiene géneros masculino y femenino…’».
¿A quién debemos consultar ahora para asegurarnos de la versión bíblica más confiable en nuestro idioma español? Bueno, según la recomendación del misionero Mike Wilps, hay mucho más en el folleto pero no vale la pena seguir enumerando todo.
Lo que sí, es serio y peligroso, es que semejante escrito con toda la nueva “versión” no hace más que infundir serias dudas en cuanto a la credibilidad de la biblia se refiere. Ya tuvimos serios problemas con esa gente, pero por lo visto apenas estamos comenzando a escalar la difícil cuesta de lo que sumará mucha más actividad para defender nuestra Biblia, cuya versión tanto amamos. Por lo visto ni el maestro Mike, ni el alumno Nelson, descubrieron que los llamados «idiomas vivos» y el español lo es, en cierto modo suponen ir mejorando. Basta comparar la versión conocida como «La Biblia del Oso», por tener la figura de un oso en la tapa. Pronto el lector se dará cuenta de que hay mezcla de portugués, francés y quién sabe cuántas palabras en español ya en desuso. Sin embargo, la 1960 nada de eso tiene porque es muy reciente.
Actualmente, la Sociedad Bíblica Trinitaria se encuentra aunando esfuerzos en el mundo hispanoparlante para trabajar en una revisión de la Biblia Reina-Valera de 1909, considerada por algunos biblistas como una «joya de la hispanidad», debido a que le atribuyen gran fidelidad y precisión al modo en que reproduce el Texto Masorético y el Textus Receptus. La idea central es actualizar el lenguaje y los arcaísmos del castellano de comienzos del siglo XX y no utilizar el texto crítico ni manuscritos desapegados de la tradición de los masoretas, aunque esta labor fue realizada ya especialmente en la Biblia Reina-Valera 1960.
¿Qué pensaríamos de un escritor aficionado que pretendiera perfeccionar un clásico de la literatura universal, o de un artista que intentara modificar una escultura de Miguel Ángel o un cuadro de Velázquez, transformándolos en el molde de su propio criterio o imaginación? Bueno, cualquiera que quiera escribir o pintar un cuadro, que lo haga como se le antoje; pero no debe pretender modificar o transformar las obras de arte de otros. Si quieren hacer otras versiones que lo hagan, pero deben respetar lo que otros santos de Dios ya hicieron. Introducir un cambio radical en la Reina-Valera 1960, sería injusto, inmoral e infame. Ya tienen una versión popular, liberal y ecuménica. ¿Acaso eso no es ya suficiente? La inmensa mayoría de los cristianos de habla hispana queremos la versión Reina-Valera 1960, tal como está ahora.
El descubrimiento de los rollos del mar Muerto ha puesto de manifiesto que el Antiguo Testamento de nuestra versión hoy, es tal como era cuando Jesús de Nazaret la leía y explicaba. Y el Nuevo Testamento de la versión Reina-Valera 1960, es hoy como era en el siglo II, cuando produjeron la Biblia Peshita.
Han transcurrido más de 50 años desde que la revisión 1960 se introdujo y se arraigó firmemente en la vida de los cristianos hispano hablantes en todo el mundo. Según la CBA Internacional, que mantiene un registro de ventas de las librerías cristianas en Estados Unidos y Canadá, la Reina-Valera 1960, en el año 2003 fue la octava entre las Biblias de mayor venta en Estados Unidos y la número uno entre las Biblias en otros idiomas.
La Biblia Versión Reina-Valera 1960, ha ocupado y ocupa un indiscutible primer lugar en muchos aspectos de la vida de los protestantes. En la inmensa mayoría de las comunidades evangélicas esparcidas por América Latina y por la España peninsular e insular, no sería posible concebir las actividades en las iglesias y congregaciones al margen de esta versión de la Biblia. Además por las condiciones particulares en que esa evangelización se llevó a cabo, la Reina-Valera 1960 llegó a identificarse como la Biblia protestante en contraposición con las Biblias católicas.
El editor general de la Biblia de Estudio Harper Caribe, indicó, que «La Versión Reina-Valera 1960... es reconocida como la mejor en español, y su uso predomina en la mayoría de las iglesias evangélicas de habla castellana».
Un informe publicado en 1999, en el periódico Los Angeles Times, comprobó cuán profundas eran las raíces establecidas por la Reina-Valera, decía en parte: «La Versión 1960 permanece como la más popular entre los cristianos latinos de edad mayor y es utilizada por más del 85% de todas las iglesias protestantes españolas».
No permitamos que los ataques del “liberalismo” apóstata socaven el fundamento de nuestra confianza en la Reina-Valera 1960 que es, hasta ahora, la mejor de todas las versiones.