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El dilema de Israel

  • Publicado en Israel

A lo largo de los siglos el pueblo judío ha tenido que sufrir persecuciones, ataques sin paralelo, peligro y muerte.  Experimentó el dolor, la soledad y la angustia a lo largo de siglos de dispersión.  Cientos de años de persecución culminaron en el Holocausto, cuando Hitler y los nazis intentaron aniquilarlos sistemáticamente y seis millones de ellos fueron asesinados.  Hoy, a pesar de todo, esto no ha cambiado, porque el pueblo judío continúa luchando por sobrevivir.

Todas las cosas les ayudan a bien

Un anciano en una ocasión soñaba tristemente sobre su pasado.  Vio delante de él una larga lista de cosas en su vida que eran malas y por las cuales se lamentaba y se sentía avergonzado.  En su sueño estaba a punto de tomar un borrador y a borrar todas esas cosas de su biografía, cuando de repente descubrió que dondequiera que había buenas acciones brillando en medio de la historia de su vida, las mismas habían sido forjadas por el arrepentimiento y el dolor de transgresiones pasadas y que si borraba esas acciones equivocadas, destruiría al mismo tiempo todo lo que de noble o bello pudiera haber en su carácter.

Fue directo a su casa

Henry Moorhouse, el evangelista inglés que nació en la ciudad de Manchester, fue un jugador empedernido, líder de una pandilla y ladrón.  Sin embargo, durante un gran despertar espiritual que tuvo lugar en 1859, Henry  le entregó su vida al Señor Jesucristo.   En una tarde en que predicaba con todo el amor y devoción a Dios, en la reunión se encontraba un hombre perverso que trabajaba en una mina de carbón, tenía un temperamento violento, era un borracho empedernido y cuando bebía maltrataba a su esposa y a sus hijos.  Su nombre era Ike Miller.

¡No lo despierten!

En una reunión evangélica al aire libre, el pastor le dijo a la concurrencia que deseaba que algunos de ellos dieran sus testimonios.  Mientras esto ocurría un escéptico que pasaba justamente en el momento en que un exalcohólico ofrecía su testimonio de cómo Dios le había salvado, se paró a escuchar.  El exalcohólico estaba diciendo cómo Jesús había hecho un milagro y había salvado su pobre alma.

Igual que mi perro

Un niñito de seis años fue invitado a almorzar en la casa del vecino.  Cuando estaban sentados todos en la mesa se sirvió la comida.  El niño estaba confundido y con la franqueza característica de su edad le preguntó al dueño de la casa: “¿No hacen ninguna oración antes de comer?”.

Las cicatrices permanecen

Una señora cuenta que durante su infancia tenía un temperamento fiero que a menudo la motivaba a ejecutar o decir cosas desagradables.  Un día, después de un argumento que hizo que  uno de sus compañeros de juego se fuera a su casa llorando, su padre le dijo que por cada cosa imprudente que hiciera, él enterraría un clavo en el pilar del portón y que cada vez que hiciera un acto bueno o bondadoso, él retiraría un clavo.

Satanás le dijo que orara

Hay una historia oriental antigua de un rey muy piadoso que acostumbraba a orar muy temprano cada mañana.  Un día se quedó dormido y no se levantó a la hora de la oración.  Fue así como el diablo se llegó hasta él y despertándole le dijo que fuera a orar.

Israel: Luz a las naciones

  • Publicado en Israel

A veces, los cristianos olvidamos poner en contexto las Palabras de Dios. Olvidamos que el camino entre Egipto y la Tierra Prometida, aunque en nuestra Biblia sólo abarque algunas páginas, duró varias décadas. Leemos la asombrosa historia sobre su revelación en el Monte Sinaí, y olvidamos que el pueblo judío esperó más de 400 años para escuchar la voz del Creador, cuando esto mismo era cosa común entre los patriarcas.

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