El milagro de la encarnación - PII
- Publicado en Boletin Dominical
Sigamos con la lista de lo más interesante sobre el nacimiento del Señor Jesucristo y de cada uno de nosotros:
Sigamos con la lista de lo más interesante sobre el nacimiento del Señor Jesucristo y de cada uno de nosotros:
A algunos cristianos, les gusta colocar en sus hogares durante la temporada de Navidad, una pequeña escena del pesebre como un recordatorio del milagro de la encarnación, o adornos alusivos a esta celebración. El consenso de los teólogos más destacados a lo largo de la historia y de la gran mayoría de creyentes, es que el Señor Jesucristo no nació el 25 de diciembre, sino que muy probablemente su nacimiento tuvo lugar durante el tiempo de la Fiesta de los Tabernáculos, entre los meses de septiembre y octubre. Sin embargo, continuamos conmemorando esa fecha en el mes de diciembre.
Como todos sabemos estas fechas son especiales para los Marianos, con su virgencita de Caacupé y otros falsos dioses, pero ¿qué dice la Biblia sobre la adoración a María?
El Catolicismo Romano ha elevado a los altares a cientos, miles de personas, pero sobre todas ellas, sobresale una mujer: “María”. Su rol como “Madre de Dios” ha engrandecido a lo largo de la historia a fieles que han levantado templos, catedrales y monumentos en su honra.
Algún día: «LA IGLESIA SERÁ NOTICIA». Cuando se dice Iglesia, se refiere a la iglesia de Cristo. No se habla de una denominación, ni de una religión. Se habla de hombres y mujeres que fueron salvos por la fe en Cristo. Todos ellos, de todos los tiempos, desde el nacimiento de la Iglesia, que viven o ya hayan muerto, son esa Iglesia de Cristo. A los que ya están con el Señor, por lo cual no están con nosotros, los llamamos: «La Iglesia triunfante». Mientras tanto, nosotros somos «La Iglesia militante». Pero algún día, no sabemos cuándo, todos los redimidos, toda la Iglesia, todos los millones de salvos por la fe en Cristo, abandonarán el planeta y serán llevados a la presencia del Salvador. Esta es una doctrina bíblica conocida como: «El arrebatamiento de la Iglesia»: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:16-18).
Esos del cuerpo de Cristo que estudiaron la Escritura mientras estaban en la tierra, ciertamente sabrán por adelantado que el Cordero llegará para tomar el rollo, pero no se atreven a pronunciar una palabra. Observarán respetuosamente en silencio, esperando la llegada del gran Día del Señor, en el cual el Juez Justo finalmente le pondrá fin a toda la iniquidad y establecerá su Reino.
El Cordero y el libro
Como ya hiciera notar anteriormente, aparte del libro de Apocalipsis, el Cordero está mencionado sólo cuatro veces en el Nuevo Testamento. ¡Pero es asombroso advertir que, en las páginas de Apocalipsis, al “Cordero” con letra mayúscula se le menciona 26 veces!
Los “principados” que menciona el apóstol Pablo en Efesios 6:11, 12 son llamados archons en griego. Son criaturas sobrenaturales consideradas generalmente como ángeles, que bien pueden ser fieles o caídos. Pero en la epístola de Pablo, la referencia es al primer nivel de las potencias diabólicas, incluyendo a Satanás y a sus poderes delegados. Son transdimensionales, y operan fuera del reino natural de los seres humanos, sin embargo, influencian profundamente los círculos en las finanzas mundiales, la política y la religión.
Los dos discípulos mencionados, son identificados en el contexto de la declaración de Juan. Es muy interesante advertir que ellos no tuvieron dificultad en asociar el concepto del Cordero con ese del Mesías: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)” (Jn. 1:40, 41).
Un día, todos los seres creados en el cielo observarán cómo el Cordero de Dios se dispone a abrir el rollo sellado con siete sellos. Cuando lo haga estará actuando como el Juez Divino, quien toma en sus manos una acusación sellada. Ningún hombre sabe lo que está escrito en él. Pero ciertamente debe incluir una lista de cargos acumulados a lo largo de los milenios por una humanidad depravada. A la apertura de los sellos, el Cordero corregirá los equívocos de seis milenios y establecerá paz y justicia.