Jesús, mayor que Moisés - P III
- Publicado en Boletin Dominical
Claro está, toda la tierra y los pueblos pertenecen a Dios, quien es el dueño: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación” (Hch. 17:24-26).
Los judíos religiosos a lo largo de la historia han considerado a Moisés como el más grande de sus maestros. La Torá, los primeros cinco libros de la Biblia escritos por Moisés, reciben atención continua hasta este día en las escuelas religiosas de Israel y entre los observantes judíos alrededor del mundo.
Fue Moisés quien le dio a su pueblo una predicción clara del Mesías que habría de venir (Dt. 18:15-19).
No existe una escuela para la “formación de padres”. No se puede negar que todo joven que se casa, desea ser un padre diligente, consagrado a su familia, un ejemplo para sus hijos, admirado y respetado por ellos. Pero... ¿Ocurre esto en la práctica?
Sin duda la doctrina más odiada por el cristianismo nominal de nuestros días es LA DOCTRINA DE LA SEPARACIÓN. La gran mayoría de los cristianos que algunos llaman “postmodernos”, desean la “paz a cualquier precio”. Lo que importa es andar bien con todos y no pretender imponer tal o cual doctrina bíblica.
Muy pocos cristianos conocen lo suficiente su Biblia como para no alarmarse frente a tantas cosas adversas que ocurren en todo el mundo. Radio América, desde que comenzó con el servicio de noticias, da a conocer lo desagradable y graves que son los titulares del día. Por un lado, muertes de hasta decenas de inocentes por bombas que colocan algunos grupos que demandan ciertos “derechos”. Por el otro, rehenes que fueron tomados por grupos que se autodenominan “Liberación”. También hay quienes tienden emboscadas aniquilando a cuantos puedan, o asaltando aldeas de gente pobre matando a cuantos encuentran. Tifón, lluvias que dejan miseria por doquiera, elevando las aguas hasta arrastrar a la muerte a humildes pobladores. Y no hablemos de drogas, asaltos a mano armada, grave problema en el Medio Oriente, especialmente el cerco que parece cerrarse cada vez más en torno a Israel y su misma existencia como Nación.
Al estudiar la vida de Abraham vemos el comienzo de los tratos de Dios con Israel. Cuando hacemos un recuento de lo ocurrido a lo largo de la existencia de este patriarca, podemos ver un patrón de experiencias para el creyente hoy. Lo que le sucedió literal y físicamente a Abraham, tiene lugar espiritualmente en la vida de cada hombre o mujer regenerados. Fue por esta razón que los primeros cristianos, con sólo el Antiguo Testamento en sus manos, pudieron entender que la doctrina que predicaban los apóstoles provenía de Dios.
Algunas de las cosas que usted sabe, seguramente dirá que no se puede afirmar que lo sabe. Sin embargo, lea con atención y se dará cuenta que tiene la razón de que sabe más de lo que le gustaría admitir.
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” (Ef. 5:1, 2).
Hay un dicho muy antiguo que se remonta a 1546, cuando John Heywood, un escritor inglés dijo: “No hay peor ciego que el que no quiere ver. Las personas más engañadas son las que optan por ignorar lo que ya saben”.
Esta frase describe muy acertadamente a la mayoría de los pastores de hoy, prácticamente en el mundo entero, pero particularmente en Estados Unidos. Incluso a muchos quienes predican en iglesias, cuyas declaraciones de fe enfatizan sus creencias en la infalibilidad de las Sagradas Escrituras.