Charles George Gordon
- Publicado en Anécdotas
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1)
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1)
Recientemente se ha hablado mucho acerca del tiempo de la futura invasión ruso-iraní a Israel, profetizada en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel. Debido a los eventos de interés periodístico que están ocurriendo actualmente, por medio de los cuales las relaciones entre Irán y Rusia se están fortaleciendo, los entusiastas de la profecía están tratando de manera apropiada de unir los puntos proféticos. Como tal, debemos considerar cuidadosamente las cuatro condiciones o requisitos previos que tendrán que estar vigentes en la nación de Israel, antes que ocurra tal invasión.
El interés periodístico sobre los eventos en el Medio Oriente, fluye de manera implacable a través de nuestros receptores de televisión, computadoras y periódicos, haciendo que la humanidad considere la crisis árabe israelí y sus efectos sobre la vida diaria. Desde su comienzo en 1948, el refundado estado de Israel hizo que el mundo se planteara una pregunta ineludible: ¿Es el pueblo judío y su estado restablecido de Israel, una bendición o una maldición?
“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2)
“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8)
El emperador Decio-Trajano, reinó sólo por dos años del 249 al 251, pero en ese breve tiempo ordenó el asesinato de muchísimas personas, porque consideró que el mejor medio de asegurar la unidad y estabilidad del Imperio era rehabilitar la religión del Estado, la que había decaído por los avances del cristianismo, por lo cual decretó que todos los cristianos debían participar en los ritos y ceremonias paganas y trajo con ello una terrible persecución.
Uno de los grandes placeres al leer la historia del cristianismo es descubrir cuán multinacional y multiétnico es el cuerpo de Cristo. Consideremos por ejemplo, el caso de Andrew Murray: étnicamente era escocés, pero sirvió como misionero en la Iglesia Holandesa Reformada de Sud África, en la cual nació y ministró.