Cirilo o Constantino y Metodio
- Fecha de publicación: Lunes, 17 Febrero 2020, 05:05 horas
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“Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios”
(Is. 50:4)
Cirilo o Constantino, quien nació en el año 827 y su hermano Metodio en el 815, llamados apóstoles de los eslavos, fueron dos hermanos provenientes de Tesalónica, en el Imperio bizantino, quienes se convirtieron en misioneros cristianos, primero en Crimea y después en el Imperio de la Gran Moravia. Eran hijos de un padre bizantino y una madre eslava o búlgara.
Tras la muerte de su padre, Cirilo se marchó a Constantinopla, la capital del Imperio bizantino, en cuya universidad imperial estudió y donde se relacionó con ilustres educadores. Ocupó el cargo de bibliotecario de la basílica de Santa Sofía, el edificio eclesiástico de mayor importancia en Oriente, y posteriormente fue profesor de filosofía. De hecho, sus logros académicos lo hicieron ganarse el calificativo de filósofo. Mientras tanto, Metodio emprendió la misma carrera que su padre: la administración política. Alcanzó el cargo de gobernador de una provincia bizantina fronteriza en la que vivían muchos eslavos. Pero se retiró a un monasterio de Bitinia Asia Menor, donde se le unió Cirilo en el año 855.
En el año 860, el patriarca de Constantinopla envió a los dos hermanos a cumplir una misión en el extranjero entre los jázaros, pueblo que moraba al nordeste del mar Negro, y el que dudaba entre el islam, el judaísmo y el cristianismo. Antes de llegar a su destino, Cirilo se quedó durante algún tiempo en Quersoneso, Crimea, en donde, de acuerdo con la opinión de algunos especialistas, aprendió hebreo y samaritano, y tradujo una gramática hebrea al idioma de los jázaros.
Desde los inicios del cristianismo los creyentes siempre enfatizaron que era vital que cada persona pudiera leer la Biblia en su lengua nativa. De ahí que muchos misioneros se hayan convertido en expertos en idiomas, y algunos hasta hayan inventado alfabetos para lenguajes que no los tenían. Tal fue el caso de Cirilo y Metodio, quienes son considerados como los misioneros más famosos en la historia cristiana.
Estos dos hermanos de Tesalónica, inteligentes y devotos fueron los inventores del alfabeto glagolítico, usado en manuscritos eslavos y otras lenguas de la antigüedad. Y los causantes directos de que los evangelios hubiesen podido ser traducidos al eslavónico.
Ellos encontraron oposición en Moravia de parte de misioneros alemanes, quienes insistían que los únicos idiomas apropiados para usarse en la liturgia, eran el hebreo, griego y latín. Los dos hermanos fueron a Roma a solicitarle al Papa que interviniera, y les diera su aprobación por poder leer la Biblia en eslavónico y también permitir que se hablara este idioma en las celebraciones rituales de la iglesia.
Cirilo murió el 14 de febrero del año 869, y Metodio continuó como misionero entre los eslavos. A pesar de los celos y maquinaciones de sus rivales alemanes, quienes en un tiempo hasta lo encerraron en prisión, logró grandes progresos evangelizando a los eslavos e igualmente continuó con su trabajo de traducción de la Biblia al eslavónico.
Murió en el año 884 y las iglesias de entonces: la católica y los cristianos ortodoxos consideraron a ambos hermanos como Apóstoles de los Eslavos. Tanto los checos, croatas, serbios y búlgaros los honran, ellos viven en los alfabetos que han sido usado por siglos por rusos, serbios, búlgaros y ucranianos.
Padre, permite que nunca olvidemos el trabajo paciente y laborioso de los misioneros y traductores quienes propagan tu Divina Palabra por todo el mundo. Amén.