Boletin dominical - 24/01/10
- Publicado en Boletin Dominical
3. «Nunca más confesaré temor»: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Ti. 1:7).
¿Todo temor es dañino?: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Pr. 1:7).
No hay nada de malo en temer a Dios y amarlo al mismo tiempo. Siguiendo la interpretación de este panfleto, Dios no podría taparle la boca a Satanás al referirse al gran gigante espiritual Job: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8). Lo único que destaca en ese hombre, no son sus bienes materiales, su familia, etc. Dijo que era “varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Es justamente el temor de Dios que nos aparta de todo mal. Uno de esos males que Job evitó, es la ausencia del temor de Dios. Cuando esto ocurre, la persona no siente remordimiento alguno, incluso cuando ridiculiza y tergiversa las Escrituras, entresacando algún texto fuera de su contexto para sus antojos carnales, egoístas y sensuales.